Vamos a quitarnos el mal sentimiento que nos dejó el cierre de la cantera a cielo abierto de Tormaleo presentando el pueblo que sin duda dejará marca en nuestro corazón y memoria puesto que una vez que caminas por sus entrañas no podrás volver a olvidarlo.
Tenemos el gusto de presentar al que hoy sin duda será el protagonista de nuestra historia:
El pueblo de Seroiro
Situado en la ladera solana del valle Aviouga a una altitud de 540 metros, la parroquia de Seroiro está compuesta por los pueblos de Andeo, Dou, Folgueiras de Aviouga, Mourentan, Pradias, Uría, Valdebois, Valvaler y el propio Seroiro, constituyendo así, una de las agrupaciones más grandes de todo el municipio.

Limites de la parroquia de Seroiro
En 1849, el pueblo tan solo contaba con 40 vecinos y 8 casas, a partir de esta fecha, sufre una fuerte tendencia alcista y en 81 años, registra una población de 206 vecinos y 27 viviendas, sin embargo, esta tendencia se rompe en torno a los años 60-70 debido al masivo éxodo rural que afecta a la zona hacia el centro de Asturias, norte de León y el vecino concejo de Cangas del Narcea.
En la actualidad las cifras no son mucho mejores que en 1948, es más, son peores, puesto que en 2009 dicho pueblo tocaba suelo poblacional registrando 39 vecinos y 21 viviendas muchas de ellas, en desuso, abandonadas o reservadas a periodos vacacionales.
Si hablamos de las casas de este lugar no podemos pasar por alto A del Meirazo por ser la única blasonada del pueblo. Atesora esta prodigiosa casa en sus muros de color rojizo el escudo de los Uría. Sin duda punto de referencia para todo curioso visitante que tenga la oportunidad de pasear por este pueblo con historia.
Pese al descenso poblacional, Seroiro no se rinde al paso del tiempo y sigue conservando limpias la mayoría de sus praderías, eiras, huertas y soutos, le gana por tanto el pulso al frondoso monte que ya cubre alguno de los pueblos que componen esta parroquia.
Y así, pasando el tiempo, los vecinos de este lugar fueron evolucionando en sus comunicaciones, que pasaron de ser angostos caminos de tierra a los actuales encementados. Todavía recuerdan los vecinos el paso por ellos de los carros de goma cargados de hierba y sustituidos posteriormente por el afamado Pascualin de 14 caballos.

"Antes los alquilábamos por 1.000 pesetas" nos recuerda uno de los vecinos de Seroiro.
Cuenta Seroiro en su zona oeste y situado en medio del monte de Dou con uno de los pastizales más envidiables del concejo de Ibias debido a su extensión y llanura. Pertenece a 4 vecinos que le dan un uso colectivo, sin embargo, no es este el único símbolo de orgullo para los lugareños, los cuales posen una braña, la de pedroso, abundante en pastos durante la primavera y el verano la cual alberga varias cabañas tradicionales para guardar el ganado. Sin duda, un lujo para la vista.
El pasado permanece en todos y cada uno de los rinconcitos de este lugar y se manifiesta en forma de hórreos y paneras que simbolizan el ayer de la abundancia y riqueza de estas tierras. No son los únicos que aguantan el envite de los tiempos, su fuente, bella y perfectamente emplazada acumula en sus fríos caños los años, más de 50, que lleva viendo correr por sus entrañas esas cristalinas aguas que atesora.
No son estos los únicos tesoros, no, cuenta en su haber con varios caminos reales hacia Valdebois, Prádias, Andeo y Dou que guardaban una increíble belleza visual. En la actualidad debido al desuso están prácticamente intransitables.
Otra de sus joyas, es la Iglésia de San José, construida en el año 1897 en honor a este Santo, patrono de Seroiro y de la Santa Cruz, fiesta grande del mismo. Destaca su impresionante color rojizo visible desde la carretera y su tradicional altar, bien conservado por los devotos fieles.

Propiedad: blog Seroiro Ibias año 1
Del neolítico conserva tres excelentes representaciones: El dólmen de Chao de Leda, el megalito de Andeo y a Hucha de Serra en Pradías, este último el más afamado de los tres.

Por último y ya para terminar, no podía dejar de hablar de lo que a mí me parece la escuela del pueblo situada a las afueras del mismo. Sin más datos que ofreceros y esperando no meter la pata, me despido con su foto hasta el próximo reportaje.