domingo, 29 de noviembre de 2009

El Rincón Cunqueiru: gusto por la artesanía

¿Te gusta lo auténtico? ¿Lo natural? ¿Te gusta la artesanía?... si eres una de esas personas caprichosas, qué valora el esfuerzo y sobre todo que sabe apreciar el trabajo de la artesanía hecha a mano, te va a gustar el siguiente reportaje.
Hoy vamos a hacerle un pequeño homenaje al pequeño comercio, si ya es difícil sostenerlos en época de crisis, imaginaros las peripecias que tendrán que hacer los dueños en las zonas de Ibias, Degaña y Cerredo.

Un homenaje a una pequeña tienda sí, artesana como las de antes: trabajar duro todo el año para poder vender lo que ellos mismos producen. Hablamos del Rincón Cunqueiru, esa tienda que no pierde el espíritu cunqueiro tan olvidado ya por muchos, ofreciéndole al público un amplio abanico representativo de productos típicos de la zona (cuencos, cucharas, platos) realizados con el más grande de los mimos, madreñas torneadas a mano, llaveros hechos al detalle, en fin, un sin fin de posibilidades que deberíais ir a visitar.


En cuanto al trato, ¿qué os voy a decir? una verdadera maravilla. Para vender, primero hay que saber hacerlo y esta gente desde luego cumplen a la perfección esa máxima, son cercanos, amables, cariñosos y una vez que sales de la tienda, te das cuenta que te han tratado como a un familiar suyo.


Asturias es tierra de recuerdos y en esta tienda encontraras una amplia gama de ellos, no lo dudes, si te gusta lo antiguo, lo típico, desde luego esta es tú tienda. Te asesoraran de la mejor manera posible para que siempre salgas convencido de lo que compras. Si estáis por el lugar es obligatorio hacerle una visita, disfrutareis viéndola y sobre todo descubriréis a gente dispuesta a no dejar de lado la historia, la cultura y tradición de Tablao.

Tienda de Artesanía,
dónde usted puede encontrar
un cuencu, una madreña,
un cesto y hasta un dedal.

Recuerdos para su gente
usted les puede llevar
de esta tierra tan humilde
que siempre le acogerá.

Asturias es nuestra tierra
Trabau nuestro lugar,
de España somos nacidos
no lo vamos a negar.

Buen viaje le deseamos
al viajero que va
disfrutando de esta tierra
y pasa por este lugar.

Aqui esperamos ansiosos
que nos vuelva a visitar
aquel que venga de lejos
y el que habite en el lugar.

Un saludo cuando llegan
y hasta luego al marchar
buen viaje y buena suerte
siempre le han de llevar.

Si aún no te has levantado del sofá y le has hecho una visita, es que he perdido el tiempo escribiendo esto y te lo he hecho perder a ti leyéndolo.

Telfs: 985 818 814
985 818 852

www.elrinconcuqnueiru.com
http://elrinconcunqueiru.wordpress.com/
E-mail: elrinconcuqnueiru@yahoo.es

lunes, 23 de noviembre de 2009

La Viliella, ese lugar escondido de Cangas

Hace varios meses que viene rondando en mi cabeza la idea de realizar un reportaje sobre el pueblo que hoy os voy a mostrar. Yo ni lo conocía ni lo conozco, aunque no será por ganas, en la reunión de globeros me encontré con el Xastre, vecino en la lejanía del pueblo y rival número uno del Chapras, me describió de tal manera su pueblo, que desde ese día me quedaron muchas ganas de conocerlo y como ya sabéis que soy generoso, hoy lo vais a poder conocer conmigo.

El pueblo del que estamos hablando no es otro que la Viliella. Pertenece a la parroquia de Larón en el vecino concejo de Cangas de Narcea, se sitúa a unos 812 metros de altitud y en la actualidad cuanta con 8 habitantes (en claro peligro de extinción), y 36 casas entre habitadas y habitables, aunque llegó a contar con 50.
En 1982 se incluyó en lo que ahora se llama Reserva Natural Integral de Muniellos, junto con el monte de Baldebois y el de Muniellos. La Viliella, es el único pueblo de Cangas de Narcea incluido en la Reserva de la Biosfera de Muniellos, al igual que le sucede a Baldebois con respecto a Ibias.
Está a 34 km de Cangas, 9 de Degaña , 50 de San Antolín (por el Connio o por Tormaleo) y 99 de Oviedo.

Como la mayoría de los pueblos del norte peninsular, por la Viliella también confluyen varios ríos y rigueiros. Como principal el río Ibias y como afluente el arroyo de La Porquera o de L´Aviséu.

En el pasado tuvo casa de cura y de escuela, hoy en día desaparecidas por el paso del tiempo y recordadas tan sólo por aquellas personas que en sú día las vieron levantadas en su pueblo. La caida de la casa del cura, dió lugar a la construcción de una plaza, la principal del lugar, dónde se celebra la fiesta en honor a San Antonio de Padua (a quien se dedica la capilla), normalmente el 9 de Septiembre.

En la fiesta era típica y casi obligada la interpretación de la Danza, que, aunque extendida por Cangas, Degaña y Fornela, fue representativa de Larón y la Viliella. En estos lugares la danza es conocida como la danza de Larón, muy representada en la actualidad gracias a los mozos de Tablao.
No podemos dejar de hablar de música y tradiciones sin mencionar un nombre, el de Francisco Rodríguez García (de casa Felipón), "tamborileiro" por antonomasia de la zona hasta su fallecimiento en 1990.

Algunos de vosotros os preguntaréis: ¿Qué tiene que ver la Viliella con Ibias?, pues os diré que durante muchos años, El Camino Real de Cangas a Ibias atravesaba este municipio. Sin vías de comunicación este camino, era el tránsito obligado para ir a Cangas de los pueblos de Ibias situados desde Tormaleo hacia Tablao y el Corralín. Como consecuencia de este tránsito de personas, hubo varias casas con taberna (El Roxo, el Paisano, Fastio...) y un estanco además de taberna, en casa del Xastre.

Si hablamos de monumentos, la Viliella no se queda sin ellos, cuenta con una Capilla dedicada a San Antonio de Padua, una bolera situada en la plaza del pueblo, una lápida dedicada a Lucius Valderios, varios Hórreos que le dan personalidad y carácter al pueblo, restos de una explotación romana similar a la de río de Porcos o el Corralín, así omo una fuente principal, la Oul.lera que cuenta con lavadero y abrevadero, ni que decir tiene que era un punto de encuentro de las mujeres para lavar la ropa y, más recientemente de los mozos para charlar por la noche o para aliviar los efectos de la borrachera después de ir a alguna fiesta cercana.

La viliella no sólo esconde estos tesoros, la joya de la corona la forma su braña, situada a unos 4 kilómetros del pueblo y que contaba con siete cabañas y una "trousa" para el ganado lanar, actualmente en ruinas.

Desde el año 2006 cuenta con alcantarillado y saneamiento público, aunque se hace difícil pensar como en pleno siglo XXI, la Viliella siga careciendo de alumbrado y la única luz que transite por el lugar sea la de las linternas de los vecinos cansados de esperar un alumbrado que nunca llega.

Lo prometido es deuda Manolín y a mí me gusta cumplir, hoy la Viliella se convierte en reportaje de Parroquia de Tormaleo.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Creo.... que esta casa no me suena


Hoy vamos a ir al grano, sin muchos sermones convertidos en textos ni muchas imágenes que dan color al blog.

¿Dónde está esta casa?


Vosotros que presumís de conocer todos los rincones de Ibias, seguro que este pueblo también lo conocéis. No os centréis sólo en el título de mi blog (parroquia de Tormaleo), puede estar en cualquier rincón de la geografía Ibiense.
A ver si alguien me sorprende y me sabe decir en qué pueblo está situada y si algún "listillo" además me dice el nombre de la misma pues mejor que mejor.
Venga a intentarlo, qué últimamente estáis flojeando en los acertijos, no dais una...jejeje.

martes, 10 de noviembre de 2009

Pasacalles: La campa 09

Hoy vamos a hacer un ejercicio de memoria, vamos a remontar al pasado, eso sí, al más inmediato para hablar del veranito, de las fiestas y del tema que hoy vamos a tratar: el pasacalles de la fiesta de Tormaleo.
Un pasacalles siempre suele ser fácil, su mismo nombre lo indica, ir tocando por la calle que suele ser una y la principal del pueblo, ahora sí, si pensamos en Tormaleo, al pueblo lo sustituimos por 15 pueblos y la calle la sustituimos por ir de casa en casa toca que toca, la tarea se vuelve complicada.

Yo hoy, voy a intentar relataros como se vive inmerso en un pasacalles, 2 días seguidos y tocando 10 horas tan solo interrumpidas para reponer fuerzas con la comida.
Todo empieza una fría mañana del 31 de julio de 2009, a las 9 de la mañana se queda con varios miembros de la comisión de fiestas para que sean ellos los encargados de el transporte y los tesoreros de la recaudación recibida.
El primer pueblo no es otro que Villarmeirin, los pobres vecinos algunos más agradecidos que otros, aguantan año a año los toques de gaita a una hora muy temprana.

Caminando por Villarmeirin, nos encontramos con esta gran mujer, Adelaida, cómo no podía ser de otra manera, le pedimos que nos cantara a ritmo de pandereta esa canción famosa que tiene:

Al lugar de Villarmeirin...
chamalle a regueira fría,
Al lugar de Villarmeirin...
chamalle a regueira fría,
El augua que por el corre que boas mucias cría.

Una vez actuado en Villarmeirin, el siguiente pueblo es Llanelo, un pueblo precioso, que como la mayoría de los de Ibias, sin jóvenes se está muriendo poco a poco. ¿Quién no asocia este pueblo con el ex-concejal de Izquierda Unida Pepe de Llanelo?

Apasionado de la gaita y del folclore en general, era obligada la parada en su casa, el convite de rosquillas y sobre todo un par de piezas bien tocadas.
Aunque para apasionado de la gatia nuestro siguiente protagonista: Rigueras de Taladrid, no hay año que vallamos a su pueblo y no acabemos comiendo buen embutido casero y un par de vasos de vino de la tierra y como él dice: " lo podéis tomar a la carta: os finos en vaso, os demais na bota" y es que amigos, lo que sobra en Ibias es hospitalidad y buena gente, allí por donde te dejas ver, siempre hay una sonrisa, algún que otro cruce de palabras y un buen convite.

Y el pueblo que viene ahora seguro que todos lo conocéis, se encargó de hacerlo famoso una señorita con ese blog que hoy por hoy es un referente para la gente de Ibias. Hablamos de María del Roxo y su pueblo, Villaoril.
Llegar a Villaoril siempre representa alegría, es un pueblo unido, agradecido con las visitas y sobre todo precioso. Tras hacer la bajada del mismo tocando y conseguir que todos los vecinos salieran a la calle, llegamos a una casa especial por dos razones:

La primera es esta, Teresa, la más pura representación del pueblo de Villaoril y una de las personas más alegres, pese a la edad que tiene que yo conozco, pero, ¿habrá persona en todo Ibias a la que le guste más que a esta señora la gaita?
Es aparecer por su casa y ponerse a llorar, a reír y por supuesto a bailar.
La segunda es su hijo, José, gran persona, que disfruta con la melodía. Es imposible llegar a su casa y marcharse sin haber tocado al menos 5 piezas.
Resistiendo el marchar de Villaoril aunque apretados por el tiempo, llegamos a otro que sin duda también es uno de los rinconcitos perdidos y con encanto de nuestra tierra: Villarin.

Pocos son los agradecidos vecinos que nos reciben aunque muchos se emocionan con nuestros sones. Es muy agradable sentir como una persona llora de alegría porque le haces recordar los mejores años de su vida. Nunca voy a olvidar cuando se te acerca una persona y te dice: esa la tocaban aquí y cuando éramos mozos todos la bailábamos en el pueblo.

Y... ¿ahora que toca? pues toca dejar de tocar por un rato y ponerse a comer para reponer fuerzas y seguir con el largo camino que aún nos quedaba. La comida, en Casa Blanca, aprovechando la presencia del pulpeiro de Galicia, degustamos un rico pulpo a la gallega acompañado de un buen churrasco y un café de postre, que nos hizo recuperar todo el vigor que nos robó el camino andado. No podíamos abandonar el bar sin echar un par de piezas a los allí presentes, que sin duda lo agradecieron con unos aplausos que a todo músico gustan. Algunos pedían piezas a la carta, nos topamos con un gallego que nos pidió que le tocáramos la famosa " muñeira de chantada" pueblo del que él era originario.

Siguiendo el camino, esta vez un poco más largo, nos dirigimos en coche a Torga. Entre ella, la gente de este pueblo no se lleva muy bien, pero a la hora de ser amable y agradecida con la gente de fuera, da la talla como los demás pueblos.
Siempre que he tocado en Torga me han dado las gracias por hacerlo y parece ser que a la hora de dar donativos para la comisión de fiestas, también son generosos.
Parada obligada dentro de esta aldea era la casa del Chapras y Mari cuya hospitalidad y buen hacer alegran siempre el camino del pasacalles.

Terminando Torga tocan los Villares, el de Arriba y el de Abajo. Comenzamos por el de Arriba, debido a lo cuesto que es, la mejor opción era la de tocarlo de arriba para abajo, tras varias cervezas, unos cuantas roscas de Ibias, rosquillas y embutidos variados, llegamos a la plaza del pueblo, dónde se sitúa la iglesia de San Francisco y en la que nos estaban esperando la gente para escucharnos tocar. Varias fueron las piezas que dedicamos a los vecinos de Villares agradecidos con lo acontecido. Nos costó irnos pero el tiempo se echaba encima y había que seguir el camino.

Tras despedirnos de Pachón llegamos a Villares de abajo, un pueblo pequeño, sin apenas vecinos y por lo tanto fácil de tocar. En tan sólo 10 minutos ya estaba tocado.

Viento en popa a toda vela y con el único objetivo de tocar los máximos pueblos en el día, cogimos el coche y pusimos rumbo a Buso. Fue muy emotivo tocar este pueblo, los niños del lugar hicieron un corro rodeándonos y empezaron a bailar, hasta nos siguieron detrás durante todo el pasacalles por este lugar.

Visiblemente cansados por las nueve horas que llevábamos tocando decidimos hacer un pueblo más y dejar el resto para el día siguiente. La Pieadeira, fue el último en ser tocado ese día. Tal fue el agotamiento, que los miembros del grupo que fuimos a tocar no pudimos acudir a la fiesta por la noche, nos fuimos directos a la cama.

El día siguiente, no fue muy especial, amaneció lloviendo y a penas pudimos hacer bien el trabajo, nosotros no nos rendíamos, empezamos a primera hora de la mañana a tocar Tormaleo. Contando con que la lluvia es mala amiga de la madera de la gaita, el coche de la comisión no podía separarse demasiado de nosotros, pese a tanta dificultad, a las 12:00 de la mañana conseguimos hacer el pasacalles por el municipio más extenso de la parroquia.

El cielo daba una tregua, empezaba a clarear, pudimos entonces hacer sin mucho problema Fresno y La Lamela aunque ya en este último tuvimos algún que otro percance con la lluvia.
En cuanto a Luiña, lo tocamos por la tarde, este fue el último pueblo que pudimos hacer debido a la tormenta que se desató en el municipio, no paró de llover en toda la tarde y pese a intentar tocar el poblado, no lo pudimos conseguir.
Desde aquí pido perdón a toda la gente de el Poblado y Fondo de Villa, los dos pueblos que no disfrutaron de la alegría de la gaita.

Espero haber conseguido haceros sentir lo que se vive en un pasacalles. Son muchas horas, muy intensas, el calor aprieta, las piernas se cansan, los pulmones también pero se lleva con enorme alegría e ilusión y ese cansancio se quita viendo las caras de todos aquellos que disfrutan con la gaita.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Omente, buen pueblo, buena gente

Empeñado y decidido en dar a conocer todos y cada uno de los pueblos de Ibias, hoy os voy a mostrar uno que como la mayoría de los del concejo, guarda una belleza, un encanto y unas vistas que no tienen desperdicio.

Hablamos de Omente, hoy en día a penas cuenta con una docena de habitantes pero en el pasado, la alegría y el vocerío de sus gentes corrían por los caminos emparrados del lugar. Caminar por él significa encontrarte con vida pese a la despoblación, sus alegres caminos recubiertos por parras nos recordaban que Omente es y fue un lugar productivo. Preguntando a los mayores sobre el pueblo te dicen que era el lao "rico", el lao "solano" en el que había buenas cosechas y algún que otro "picarón" comenta entre risas que también criaba boas mucias.
Tras pasar una bajada de infarto a la que denominan "galgueira" no apta para cardiacos, se llega al pueblo de Omente. No os creáis que es un pueblo pequeño, yo tardé más de 3 horas en andarlo todo, quizás sea porque me fascinaba todo lo que en él veía.

Enclavado entre montañas como la mayoría de los vecinos pueblos que le rodean, Omente pertenece a la parroquia de San Clemente, se sitúa en la ladera del pico Candanosa a unos 820 metros de altitud. Desde él, se inicia la ruta al pico Candanosa que cuenta con unos 1620 metros de altitud y se encuentra en el vecino concejo de Cangas de Narcea.
Poco queda ya de aquel pueblo productivo que se dedicaba en su mayoría a la actividad vinícola para consumo propio, a la agricultura y a la ganadería. En 1752 el Catastro del Marqués de la Ensenada contabilizaba hasta seis molinos harineros en el lugar, la mayoría de ellos en la actualidad, abandonados, en desuso o simplemente desplomados por el paso del tiempo pero que nos hacen pensar en lo rico que podía ser el lugar en su tiempo. Según cuenta el catastro también había un Batán, propiedad de un vecino del lugar y que no llegó a nuestros días.

Si hablamos de monumentos, Omente no se queda sin ellos, cuenta con muchos hórreos que adornan y dan personalidad a la aldea, una fuente que data del año 1956 y que en su día servía para lavar los trapos y las mantas además de constituir un punto de encuentro para el pueblo.

El oso es goloso en Ibias y en Omente hay rica miel, los vecinos lo saben y por eso todos y cada uno de ellos cuentan con un cortin que protege sus colmenas de este bonito pero molesto habitante de nuestros bosques. Algunos, como el que os muestro a continuación, se encuentran en perfecto estado de conservación y constituyen un verdadero placer para la vista humana. Pertenece a casa de Marucho y desde aquí quiero felicitarles por mantenerlo así hasta nuestros días, pocas personas en Ibias apuestan por lo suyo, cuando alguna lo hace hay que reconocerle el trabajo.

Si hablamos de Iglesias, Omente cuenta con dos capillas, una a las afueras del pueblo dedicada a San Juan, actualmente abandonada y otra en la parte central del mismo dedicada a San Antonio que data del año 1781, en un estado de conservación bueno.

Si tenemos que hablar de agua, en Ibias abunda, varios son los ríos y regueros que confluyen por las entrañas del municipio, en Omente lo hacen concretamente dos: el reguero de Payares y el de A Fervencia, que decir del agua que por ellos corre, cristalina como el cielo, azulita como el mar, limpia como las gentes que en el municipio habitan.
En cuanto a la juerga, siempre lo digo, a los de Ibias nos gusta mucho, a los de Omente también, por eso contaba con una cantina situada en la casa de Tormaleo, ni que decir tiene la de partidas de cartas que se tienen que haber desarrollado en ella, la de charlas y por qué no, alguna que otra discusión que terminó en pelea. La última fue "Bar Amador", de casa del Corralín, con él murió la fiesta en el lugar.

En fin, ya veis amigos, cada pueblo que voy descubriendo es más interesante que el anterior, aporta algo a ese todo que es Ibias, a ese todo que somos todos nosotros, las personas que tienen que luchar por ella. Acabo mi reportaje igual que lo empecé: Omente, buen pueblo, buena gente, espero que no se me enfaden mucho los de San Clemente, que en su día tendrá un hueco en este blog al igual que todos los pueblos de Ibias.