sábado, 27 de marzo de 2010

Cuna en ibiense es.......¿?

Siguiendo con el acertijo del mes pasado llamábamos:


A la Comadreja............. DINUNCELA, A la Ardilla.............. ESQUIVO


Y a la Salamandra........ SACABEIRA.

Asi mismo:

El HORTO en el que ...............ACUBRIMOS................los FABOIS


y la MAISEIRA ....................... siempre está lleno de TOUPOS.

Cuando Nacemos,

La PARTILICEIRA nos ata con FILO el OMBILIGO y nos acuesta

en la Cuna. ¿Cómo denominamos en Ibias a la Cuna*?

BERCIO

*la cuna de la que estamos hablando estaba realizada en madera castaño o avellano y contaba en sus pies con una especie de balancines al estilo mecedora, que ayudaban a la madre a mover al niño para que este se quedara dormido.

sábado, 20 de marzo de 2010

Los recuerdos que vuelven

Estaba en Vegadeo cuando me enteré de que iba destinada a Luiña. Una amiga se ofreció para llevarme en el mes de Junio, antes de que tuviese que incorporarme en el mes de Septiembre. A medida que íbamos subiendo las montañas de los Oscos, me preguntaba a mi misma cómo sería aquel lugar sin mar. Al llegar a Rio de Porcos seguimos y seguimos, pensaba que no llegaríamos nunca; estaba lejísimos. Las estrechas carreteras no hacían nada más que eses y no veía el momento de llegar.

Por fin, la capital del municipio se presentó ante nosotros: San Antolin de Ibias. Un pueblo limpio, con su iglesia dando la bienvenida y rodeado de montañas. Al llegar allí preguntamos como continuar, una vez que fuimos informados, retomamos el viaje por una carretera bien asfaltada y de anchura aceptable.



La sorpresa llegó una vez pasado el pueblo de Cecos, nos teníamos que desviar y seguir por otro vial. Esta vez era carretera de montaña pura y dura, estrecha, muy estrecha (apenas caben dos camiones a la par), serpenteante y subiendo. Son 25 kilómetros pero parecen 50 puesto que se tardan 45 minutos en recorrerlos. Menos mal que íbamos por la parte interna, tocando la ladera porque los que venían de frente tenían a su derecha un precipicio de al menos 500 metros. Decían que abajo había un río, yo nunca lo vi. Después de muchas curvas, de pitar muchas veces en ellas, de subir y subir, llegamos. Me quedé estupefacta. Viendo la carretera que habíamos sufrido, pensaba encontrarme con un pueblo remoto, arcaico y abandonado, sin embargo me topé con todo lo contrario: un pueblo de múltiples casas modernas, amplias, asentado en un amplio valle muy luminoso y siempre bajo la vigilancia del gigante Miravalles. Vimos las distintas minas y enseguida comprendí que me encontraba en el motor económico del municipio.
Entonces me di cuenta de que no comprendía nada. ¿Cómo es posible que siendo un lugar tan importante para el Ayuntamiento, este no estaba enlazado con aquel con una buena vía? ¿Cómo podía permitir eso el Ayuntamiento? ¿Por qué no hacía nada? ¿Por qué no proporcionaba a sus contribuyentes una carretera digna del siglo XX y no de la Edad Media?



No sé cómo estará hoy, sólo espero que hayan entrado en razón y adecuaran ese vial a uno del siglo XXI.

Sin embargo, tenía esperanza de que la carretera que une Luiña con Oviedo estuviese mejor. Pues no, desde allí hasta Degaña estaba aún peor en cuanto a calzada se refiere. Sí, todo era bajar, pero además había que esquivar los baches. Vamos que, parecía que íbamos a un Cross. También deseo que esa que une el municipio con la capital del Principado esté digna del siglo XXI.



Mi experiencia como docente en el colegio público San Jorge de Luiña fue muy enriquecedora. Era la primera vez que trabajaba con niños/as de primaria ya que hasta ese momento, había trabajado con adultos. Me resultó especialmente difícil adaptarme a que los alumnos estuviesen agrupados por ciclos y no por niveles. Eso suponía un doble esfuerzo, puesto que hay que dar la misma asignatura a dos niveles en la mitad de tiempo. Afortunadamente me encontré con niños/as muy buenos, nada conflictivos y que me llamaban "se". También tuve la gran suerte de llevarme bien con los compañeros/as y eso facilita mucho la labor así como los padres y madres siempre dispuestos a ayudar y trabajar. Los medios no eran gran cosa, la biblioteca estaba un poco pobre, necesitaba un reciclaje y nuevas incorporaciones que si se hicieron, como la colección de " Los Cinco" de la escritora Enid Blyton. El gimnasio también necesitaba una reforma puesto que el clima no ayudaba a que se realizaran las actividades al aire libre. Aprendí muchísimo en ese colegio, me ayudó a crecer como docente.



Como dije anteriormente el clima es un poco extremo. Los inviernos son muy fríos y los veranos muy cálidos. Lo peor del invierno era quedar aislado por la nieve, menos mal que los camiones de la mina abrían paso. Los veranos suponían un gran esfuerzo para mí, no sólo por las altas temperaturas que no soporto, sino por que sufro de fiebre del heno. La hierba que los lugareños cortaban en el mes de junio se convertía en una auténtica tortura porque me activaban la alergia a límites nunca antes sufridos.



Pese a ser un clima extremo sus gentes son todo lo contrario, amables, cálidas y familiares. Siempre me saludaban sin conocerme de nada, hecho que me sorprendió mucho como urbanita que soy, puesto que en las ciudades sólo saludamos a los conocidos y, a veces, ni eso.



Aprendí mucho sobre el mundo de las minas. Antes de ir allí, una mina era un lugar subterráneo dónde los mineros sacaban carbón, pero en Tormaleo descubrí las minas a cielo abierto. Nunca pensé que se fuera a sacar carbón por arriba.



Sin duda una etapa inolvidable de mi vida a la que guardo añoranza, recuerdo y una gran alegría cada vez que viene a mi memoria dicho lugar.

sábado, 13 de marzo de 2010

Cierra minas Tormaleo

Sí, habéis leído bien, la mina que durante cuarenta años ha sido el eje económico y la fuente de empleo del concejo, cierra sus puertas.

Así se lo comunicaba el empresario a los trabajadores que recibían la noticia con escepticismo y preocupación. Su futuro está asegurado puesto que se les asignará un puesto de trabajo de similares características a las ofrecidas en Tormaleo en la cercana mina de Cerredo.

Varios son los días que llevan los sindicatos negociando con la empresa las condiciones de cierre así como el posterior traslado a la nueva mina. Entre las principales medidas a negociar está la de dar trabajo a todos los jóvenes de Ibias en paro, cuyo rango de edad esté comprendido entre los 20 a 30 años.

La incomodidad de los mineros es evidente, no sólo se enfrentan a comenzar de nuevo en una mina que no les es familiar y ya de por sí es peligrosa, si no que a estos peligros habrá que añadir otros nuevos como pueden ser los trayectos de ida y vuelta.

¿A qué acogerse ahora? seguro que muchos de los trabajadores de la mina de Tormaleo se hacen esa pregunta en este momento. No aceptar el traslado sería prácticamente una invitación al suicidio, puesto que supondría la extinción de la relación laboral con la misma y la consiguiente búsqueda de un nuevo trabajo. Aceptarlo a su vez, supondría muchas molestias puesto que se verían afectados en cuento a horarios, turnos, categorías etc.

Mejor suerte parecen estar corriendo los trabajadores de la cantera a cielo abierto cuya actividad por el momento sigue operativa y sin aparente fecha de caducidad.

Minas Tormaleo supuso en el pasado muchos puestos de trabajo para Ibias. Sus gentes y cultura giran en torno a ella, con su fin, son muchos los que ya no ven salida a un concejo que arrastra una alta tasa de envejecimiento unido todo ello a las pérdidas económicas que va a sufrir cuando la cantera a cielo abierto corra la misma suerte que su hermana la mina.

Todos sabíamos que fue pan en su día pero hambre para el futuro, con lo que no contabamos era con que ese futuro fuera tan cercano.

Después de 23 años uno ya se familiariza con el entorno y no ver a los mineros con su funda azul, sus negras botas y su casco blanco entrando por la bocamina de penafurada da nostalgia. Coraje les dará también a aquellos antiguos compañeros, amigos, que van a ver como se desmontan y tapian las bocaminas en las que tanto sudor se dejó.

Una vez cerrada la empresa, seis parejas de mineros se quedaran en ella para desmantelar todo el material aprovechable, con el paso de ellos 40 años de actividad quedarán reducidos al recuerdo de aquellos que con su coraje, sudor y trabajo en equipo la mantuvieron en el tiempo.

martes, 9 de marzo de 2010

Os reises de Tormaleo

¿Qué pasa cuando se mezcla tradición y entusiasmo? ¿Qué pasa cuando los sentidos te impulsan a hacer renacer una costumbre muy perdida en Ibias?

Por cuarto año consecutivo los jóvenes de la parroquia de Tormaleo despliegan todo su arsenal de buen humor, desenfundan su instrumental de trabajo, quitan el polvo a los trajes y máscara en cara, se lanzan a pedir la limosna de aldea en aldea contagiando el buen humor mezclado con el llanto de algún que otro asustadizo crío.

Por cuarto año consecutivo llegan As tolas agitando as chocas, pegando con el folecón, amenazando con el rodalo a todo aquel osado usurero que se le pase por la cabeza escaquearse sin pagar el aguinaldo. Llegan metiendo ruido, asustando a los pocos niños que quedan, haciendo reir a los mayores que recuerdan los viejos tiempos, dando un poco más de vida allá por el pueblo que van.

En el otro bando y acompañando siempre a estos "extorsionadores" y roba sueños de niños tenemos a Os da Roupa boa, encargados de tranquilizar al personal tras el paso de estas bestias, regalar caramelos a los más pequeños y recaudar lo que la gente humildemente les va dando que va desde el típico combite, pasando por un billete que no amarga a nadie y acabando por alguna mala contestación eso si, siempre desde el cariño.

No podían faltar los cantares, ni os imagináis la de ellos que tenemos en Ibias, os reises de Tormaleo también cantan el suyo:

"Aquí venimos cuatro, cantaremos dos, señora denos limosna, denos limosna por Dios"

"La noche es muy larga y hay mucho que andar, denos la limosna si nos la a de dar"

En todo folclore y jolgorio que se precie aparece la figura del burro, los hay humanos y también animales. Antiguamente os reises de Tormaleo contaban con uno para cargar la recompensa conseguida. Hoy en día la modernización, los avances tecnológicos y la falta de presupuesto da como resultado lo siguiente:

No me digáis a mí que esto no es imaginación, desparpajo y ganas de recuperar una tradición, la de nuestros padres, la de nuestros abuelos, rota por una generación que no supo continuarla y recuperada por otra que la representa incluso fuera de nuestras fronteras.

Desde luego es para aplaudir lo que están haciendo estos chavales por Ibias, iniciativas como esta que no cuentan con el apoyo institucional de nadie y nacen por voluntad propia, sin beneficio para ellos pero beneficiando a todo aquel que pasa un buen rato viéndolos desfilar, merecen todo el respeto y admiración nuestra. No sólo son capaces de patearse las parroquias de Tormaleo y Taladrid sino que además lo hacen sacando sonrisas, desplegando cariño e ilusionando a los más mayores del lugar.

A mí no me queda más que añadir, me parece admirable como apostáis por la tierra que os vio nacer, viva la madre que os parió... y por muitos años mais!

jueves, 4 de marzo de 2010

Fai el que tu queiras


No es una frase aleatoria utilizando su lenguaje: "a fala". En si misma encierra todo lo que se puede decir de este hermoso concejo, por su paisaje, su tranquilidad, sus gentes…


Agradables coincidencias que marcaron mi vida, me llevaron a conocer el concejo de Ibias, pero si tuviera que exponer un motivo, diría que fue la duda. Era evidente, pues todos los días me hablaba de que su pueblo tenía un gran río, que le daba nombre al concejo. Que sus truchas eran exquisitas y que en los veranos disfrutaba bañándose en el con los demás jóvenes del pueblo. Que las montañas que lo rodeaban se cubrían de nieve en los inviernos fríos y sus gentes se las arreglaban para sobrevivir con buen humor.

Un día, hace varios años, se presentó la oportunidad que estaba esperando y en el mes de diciembre, nada propicio para descubrirlo, me encaminé ilusionado para comprobar in situ las excelencias que me contaban de él. El trayecto aproximado de 200 Km. no fue fácil y tuve que superar el miedo que supuso circular por aquellas pistas sin asfaltar, llenas de curvas sin quitamiedos y con tremendos terraplenes.

A primera vista me pareció bastante decepcionante, la verdad, quizá influenciado por el viaje, pero a medida que tuve contacto directo con su territorio y sobre todo con sus gentes, la cosa cambió.


Era verdaderamente como me había sido descrito. Un hermoso río que discurría velozmente apretado entre montañas, en cuyas laderas se apreciaba una frondosa vegetación, la mayoría autóctona.


Yo, un chico de ciudad, que había tenido en la infancia contacto con la naturaleza en el pueblo de mis padres, descubrí aquí que superaba con creces lo conocido. Fue para mí espectacular. Hoy ya no me parece tanto, aunque siga fascinado, porque conozco bastante el territorio y me muevo por él como pez en el agua. En una palabra, me he familiarizado tanto con este concejo asturiano que me parece haber nacido en él y además por la buena acogida que me dispensaron sus habitantes. Tanto es así, que desde entonces no he fallado ni un sólo verano, vacaciones de semana santa y algún que otro fin de semana, en visitarlos. Puedo decir con orgullo que me siento involucrado de la misma forma que sus paisanos.

Aquí aumentó muchísimo mi afición a la pesca y aunque hoy no es lo mismo, sigo acudiendo con frecuencia, considerándolo uno de los puntos fuertes para potenciar su futuro. Debe tenerse en cuenta que su río no está contaminado, a pesar de la porquería que se vierte en el, procedente de la explotación del carbón a cielo abierto.

Su medio natural, unido a la reserva de la biosfera del Bosque de Muniellos y próximo a los Ancares, es el auténtico futuro a corto plazo para su despegue. Tiene un potencial impresionante para desarrollar cualquier actividad relacionada con este medio, que yo mismo he experimentado en numerosas ocasiones, remontando los picos más elevados. Se atisba cierto interés en ello, puesto que la actual corporación municipal tiene un proyecto de reforma para hotel rural de una casa en Cecos, uno de los pueblos pintorescos del concejo por tener un puente y una iglesia de estilo románico, palacios, un castro celta sin catalogar y en sus montañas cuevas de explotación aurífera. No es el único pueblo que pueda verse, en su territorio se conserva un patrimonio histórico importante, que puede ser otra fuente para potenciar el turismo rural, que crece de forma continuada en los últimos años.

Era muy necesario dotarlo de unas buenas comunicaciones, no obstante lo abrupto del terreno y el éxodo de sus habitantes, dificulta elaborar un presupuesto por su elevado coste. Se mejoró el acceso que remonta el alto de las Mujeres Muertas procedente de Cangas del Narcea, pero no es suficiente para poder establecer cualquier actividad o empresa. Si sus políticos luchan en este sentido y lo consiguen, podría proyectarse en su territorio una cooperativa de agricultura ecológica, recuperar parte de la cabaña ganadera y actividad vitivinícola y apicultura.

Un factor muy importante a tener en cuenta es, también, su clima, que para estas actividades es muy beneficioso y no digamos su ribera, pudiendo aprovechar controladamente el caudal de su río para el riego, mini central eléctrica para autoabastecimiento, etc.

El centro escolar es un edificio estupendo para impartir cursos y de realizar actividades para alumnos de los colegios que soliciten, por ejemplo, estudio de botánica, flora y fauna, etnografía de la zona, etc. dotando de monitores especializados en dichos temas.

Es realmente difícil la consecución de cualquier iniciativa que se inicie y conseguir su financiación todavía más. Tenemos el inconveniente de que el padrón de habitantes merma a marchas forzadas y eso es muy perjudicial. Sin embargo, soy optimista con respecto a lo comentado y deseo de corazón que así sea.

De Juan Carlos González López