lunes, 18 de marzo de 2013

"Sindeiregos" los de Folgueiras de Boiro

Enclavado en uno de los valles mas vistosos de la geografía ibiense y a sus 600 metros de altitud, la aldea que protagoniza el reportaje de hoy vive enfrentada con otra cercana que la lleva por nombre


Es Folgueiras de Boiro otro de los tantos rinconcitos que merece la pena ver dentro del amplio y caprichoso concejo de Ibias. Reclama esta pequeña aldea a golpe de voz, la atención y protagonismo que en cierta parte le robó su hermano mayor Boiro


No puede uno juzgar a los sitios analizando su tamaño o el número de habitantes que los componen. En estos tres años que llevo recorriendo los caminos de los pueblos de Ibias, me he dado cuenta que no el más grande, céntrico o rico es ni por asomo el  más bueno, bello y mejor.


Folgueiras de Boiro es un claro ejemplo de esta afirmación, lleva siglos enclavado en una ladera del Valle del río Pelliceira y alejado de la principal vía de vertebración del concejo, pero conserva como ningún otro la antigüedad, esencia y vitalidad de una tradicional aldea de Ibias.


Llegar a sus dominios no es fácil, primero habrá que tener el  tesón suficiente para vencer una empinada pista con varios kilómetros de desnivel, en la que sus retorcidas curvas intentaran frenar tus sentimientos de curiosidad. 


Les recomendaría a los más osados y manitas del volante, que no intentarán poner a prueba sus habilidades en ella. Sus caminos son estrechosno abundan las plazas en las que dar vuelta al vehículo. Recomendable por tanto, recorrer a pie la aldea y mimetizarse con sus paisajes, gentes y olores. 


Unas cuantas viviendas forman la distribución actual de Folgueiras de Boiro. Algunas, no han sabido resistir  el abandono de sus gentes y yacen derrotadas en este pueblo que es, por otra parte,  poseedor de otras tantas que guardan la estructura de una casa tradicional de piedra y madera, con portadas, payeiros y corrales. 


Solo serán necesarios unos cuantos pasos para toparse con la pequeña capilla del lugar. Está dedicada a San Antonio de Padua como así reza pintado en su portón. Preside en su reciente arreglado tejado una cruz de granito y a juzgar por el estado de sus paredes, esta capilla lleva muchos años formando parte de la historia de Folgueiras.  


Debió de ser antaño, uno de esos pueblos con posibles dentro del concejo de Ibias. Buena cuenta de ello dan sus múltiples hórreos y paneras, casi tantos como casas. Es una verdadera delicia recorrerlos uno a uno para apreciar sus años de antigüedad así como  las diversidad de formas y tamaños.


Y si el tamaño importa, no puedo de dejar de mostraros una impresionante panera, de formas imposibles y materiales poco recomendables que a mi entender, refleja la continuidad de varios relevos generacionales. Se trata de la fusión de varias paneras, seguramente por falta de espacio a la hora de guardar la cosecha. 


No debo, ni quiero ni pienso permitirme el lujo de terminar este reportaje,  sin presumir del amplio patrimonio que guarda tímido y callado el Concejo de Ibias y que se manifiesta en todos y cada uno de sus rincones, siempre dispuestos a ofrecer con  humildad, el arraigo de la tradición enmarcado en lo antiguo. 


Es cuanto menos gratificante saber de antemano que no será necesario una gran cámara fotográfica para captar una gran foto. Bastará solo con sentarte en una pared y mirar hacia delante...

  
Disfrutar de las vistas y sentir orgullo de vuestra tierra, ibienses


domingo, 10 de marzo de 2013

El desahucio de los mineros de Ibias

Puede ser que un día por estas fechas, a uno le entren los impulsos de dejarlo todo y volver al lugar del que es y con el que se siente identificado. Más si cabe en los tiempos que corren, en los que muchos de nuestros allegados están pasándolo muy mal porque han perdido su puesto de trabajo y ven su vida descarriada por la falta de decisiones de empresarios descorazonados, sindicatos sin vocación y políticos corrompidos por la fuerza del dinero.


Parece mentira que de un plumazo se haya borrado la historia de la minería de nuestra amada tierrina. Nuestros mineros ya no pican carbón, ni se juegan la vida dentro de un pozo para traer un sueldo algo digno a sus casas. Les han robado todo, les han desahuciado hasta dejarles sin dignidad y ahora viven formando relevos en un caseto de manera, para controlar que el trilero que los ha despojado de sus puestos de trabajo sin pagarles ni tan siquiera la correspondiente indemnización por despido, no intente reincidir en su mala praxis.


Poco le han durado las promesas a este empresario tan honrado y de palabra, cuando allá por el 2003 firmaba un convenio con el Ayuntamiento de Ibias en el que se comprometía a garantizar la continuidad de todas las explotaciones mineras en el concejo y con ellas la preservación de los puestos de trabajo fijos y el respeto, vigilancia y restauración medioambiental. A cambio la ex alcaldesa de Ibias, agilizaría todas las licencias y autorizaciones administrativas para que este señor hiciera su palacio particular de destrucción encima de las casas de todos los vecinos de Fondo de Villa y Tormaleo. La explotación a cielo abierto de Tormaleo, tuvo un precio, 357.242 euros, y un canon anual que como mínimo ascendía a 90.000 euros.


El respeto medioambiental fue inexistente, basta con darse un paseo por los alrededores de la explotación minera para ver las verdaderas barbaridades que se han hecho y que nadie controló ni puso límites. Otro de los incumplimientos del convenio firmado por ambas partes, llegaría cuando el señor Alonso decidiera echar cierre a la mina de interior y trasladar a los mineros al vecino municipio de Cerredo para que siguieran allí desarrollando su trabajo. A día de hoy poco claro se tiene que el ayuntamiento de nuestro municipio hiciera cumplir lo firmado y luchara, como debería haber luchado, por los intereses del concejo.


El futuro de Ibias en estos momentos es delicado e incierto, más de 90 familias están afectadas de alguna manera por esta crisis del carbón. El desanimo está por los suelos entre los mineros que han luchado como nadie por la continuidad de su sector, que fue rentable en el pasado, pero dejó de serlo de forma misteriosa de un día para otro.


Admirable también la lucha de sus sufridoras mujeres, presentes en toda clase de manifestaciones y protestas mineras, resignadas con la defensa a ultranza de los puestos de trabajo de sus maridos y la continuidad de la vida de las zonas rurales. 


Aprovecharé esta plataforma para dar las gracias a todas aquellas personas que por solidaridad acercan a nuestros familiares, amigos y conocidos comida de manera desinteresada. Gracias a todos aquellos que entienden  esta desidia y ayudan con lo poco que tienen. Más humildad a los que pasan del tema, en cualquier momento les  puede tocar a ellos o a sus hijos. El camino de la vida nadie lo tiene comprado...


Amigos blogueros de Ibias que tenéis en vuestra mano la suerte de que muchos de nuestros vecinos y gentes os lean, echo de menos vuestras letras en este sentido y vuestro apoyo a la minería, un todo en el concejo que se ha quedado en nada y al que ni siquiera mencionáis. Hay cosas que no se pueden o deben pasar por alto y considero, que alzar el grito a favor de unas familias que lo están pasando mal no es una de ellas.


 Vaya desde aquí este pequeño aliento escrito para apoyar a la gente con la que he crecido y de la cual, a medida que van pasando los días y voy poniéndome en el difícil lugar en el que están, me siento más y más orgulloso. Esperemos que por el bien de todos ellos, esta negra situación tenga  fácil solución,  porque sois vosotros, mineros, la vida, el futuro y la continuidad de la zona en la que hemos nacido. Fuerza, coraje, ahínco y valor para seguir soportando las frías noches del este invierno que por desgracia, os ha tocado vivir.


Foto: Jaime Santos

Qué grandes sois, MINEROS

miércoles, 6 de marzo de 2013

Ibias vuelve a estar en boca de Luis Felipe

«No es posible el progreso de una sociedad sin la labor de los profesores» 


Luis Felipe Fernández llegó en 1984 al colegio de Ibias. Tenía 22 años y empezaba su trayectoria como profesor de la escuela pública. Aquel concejo pequeño, de acceso complicado y de interior no le sorprendió. Presume de ser hijo de labradores y del esfuerzo que hizo su familia para que él y su hermano estudiaran. «En Ibias me sentí idenficado por este motivo», asegura. El aislamiento geográfico condicionaba la formación de los alumnos y sus expectativas de futuro. Luis Felipe Fernández, a través de la escuela y con el apoyo de sus compañeros, planteó un proyecto educativo que sentó las bases de una escuela «abierta al entorno». Relacionó al concejo con medios de comunicación, instituciones y empresas. Hoy trabaja como profesor en Vegadeo, su concejo de origen. Allí puso en marcha un proyecto similiar, el Foro Comunicación y Escuela, que el próximo día 21 presentará su quinta edición.


-El proyecto educativo de Ibias, único en Asturias, marcó su vida. ¿Qué problemas observa en la escuela rural?

El aislamiento es un condicionante. Los alumnos de Ibias vivían sólo en aquel mundo, entre las montañas. Había que romper con el aislamiento y desarrollamos un proyecto educativo a través de los medios de comunicación. Pusimos en marcha una radio y un canal de televisión en un centro público. Eso y el proyecto que abrió la escuela al entorno transformó Ibias. Nuestros alumnos no conocían el mar.


-Un alumno de la zona rural, ¿tiene más dificultades para formarse?

En una etapa de enseñanza obligatoria, la educación no sólo debe centrarse en los contenidos curriculares, en las Matemáticas o la Lengua, sino que debe ir más allá. Tenemos que formar ciudadanos para que decidan su futuro, qué papel quieren tener en su vida y en la sociedad. Y lograr que tengan unos valores, como la solidaridad y la sensibilidad hacia las artes. En un medio rural esto es más complicado de conseguir porque en una ciudad hay actividades que son inherentes a la urbe y otros estímulos. La escuela es el cauce para romper con esas circunstancias y formar ciudadanos al margen del territorio donde viven.

-Los conflictos en la escuela rural por falta de recursos son cada vez mayores. ¿Qué futuro tiene?

En la zona rural cada vez hay menos población y menos niños. Pero si cerramos las escuelas en el medio rural, la población desaparece. La escuela es una forma de vertebrar y fijar población. Si quieres que la gente se quede en un pueblo, hay que ofrecer servicios acordes con el siglo XXI y la escuela es una pieza base para que la gente permanezca. En el medio rural tenemos que mantener la igualdad de oportunidades y proporcionar una educación de calidad.


-¿Qué es la calidad en la enseñanza para usted?

Pues tener los profesores necesarios e instalaciones adecuadas y que los niños puedan estar lo más cerca posible de sus familias en una edad en la que lo necesitan.

-En los últimos tiempos se ha hablado mucho de recortes. ¿Cómo afrontan los centros rurales esta crisis?

Trabajo en el Instituto de Vegadeo y puedo decir que tiene buenos medios. Hay buenos trabajadores. En Asturias, y en general, esta profesión no está valorada socialmente. Da la impresión de que el profesorado de la zona rural es un profesor con más dificutaldes. Algunos están separados de lunes a viernes de sus familias y eso representa una dificultad añadida. Para que una sociedad prospere, se necesitan buenos profesores. No es posible el progreso de una sociedad sin la labor de los docentes. En todos los años que llevo en esta profesión me he encontrado con mucha gente trabajadora, competente, que trabaja mucho más allá del horario lectivo. Pero no existe reconocimiento. A veces tengo envidia de Finlandia. Allí los profesores son respetados. Y los profesores rurales tienen más dificultades.


-¿Qué dificultades?

En el medio rural es más complicado formar equipos estables. Hay una gran inestabilidad en el profesorado y eso a veces es una dificultad. Hay que empezar de cero cada curso. Pero es una situación que, desde mi punto de vista y por mi experiencia, tiene difícil solución porque es legítimo que los profesores aspiren a vivir en el lugar donde han planteado su vida.

-La realidad es que poca gente elige la zona rural para vivir.

Una vez nos dijeron que formábamos a los alumnos para irse de sus lugares de origen. Nosotros tenemos que formar al alumno para que sepa decidir sobre su vida. Los niños del medio rural tienen todo el derecho a decidir qué es lo que quieren hacer. Nuestra obligación es darles las herramientas para que, partiendo de lo local, lleguen a lo global. Para que decidan qué quieren ser en la vida. No podemos limitarlos para que se queden en ninguna parte del territorio. Quiero que sean niños y jóvenes de su tiempo, con las experiencias propias de su tiempo.
 
-¿Qué papel juegan las familias en la educación?
Muy importante. Es realmente importante que la escuela y la familia vayan en la misma dirección. Deben tener una colaboración estrecha. En este campo se avanzó mucho, pero no sé si lo suficiente.


-¿Qué pueden pedir los profesores a los padres?

Que transmitan a sus hijos el sentido de la responsabilidad. Que sepan que tienen derechos y obligaciones, y que el estudio es la mejor arma para progresar y hacer algo en la vida. Los adolescentes que hoy tienen 14 años serán los ciudadnaso de este país, y este país será lo que sean sus ciudadanos. Y las obligaciones deben ser para con la sociedad, no sólo para con ellos mismo. Siempre tenemos que hacer algo por la sociedad en algún momento de la vida.

-¿Qué se debe esperar del alumno?


Tienen que ser buenos estudiantes y buenas personas. Deben ser solidarios, generosos, buenos ciudadanos y buenos estudiantes. Es importante que sepan Matemáticas y Física, pero, si tuviera que priorizar, diría que deben ser buenas personas y despúes buenos esudiantes.

-Muchos profesores se quejan del desgaste psicológico.

La del profesor es una labor clave en la sociedad. Cuando llevas unos años hay un desgaste considerable, pero tiene momentos muy agradables, sobre todo cuando ves a un alumno que ya es adulto y que ha concluido sus estudios. Me siendo muy orgulloso de participar en el proceso de formación de jovenes de Ibias y de Vegadeo, No me arrepiento de nada, volvería a repetir.

 
Deportista y estudiante

En la mesa del despacho de Luis Felipe Fernández está fotocopiado su proyecto de Grado, un estudio, faltaría más, sobre la escuela rural. Este profesor afincado ahora en la casa que le vio nacer ha vuelto a coger los libros para convertirse en estudiante. Después de superar el Grado, se ha matriculado en un máster. «Ha sido raro volver a la Universidad», confiesa. Dedica su tiempo libre a la familia, a su pareja y al deporte. Es un consumado corredor que no puede pasar más de dos días sin salir con sus zapatillas. Hace «running» desde que tenía 14 años. Dice que este deporte, «forja carácter».

  Fuente: La Nueva España
05/03/2013