lunes, 24 de mayo de 2010

Outurelos, un sueño hecho realidad

Parece que después de un más que largo invierno, por fin, estamos empezando a disfrutar un poquito de la primavera, esa que nos altera la sangre, nos trae los contrastes y olores típicos de la fecha, la que hace que nuestro paisaje luzca vigoroso tras un castigador invierno de grandes nevadas y heladoras heladas. Tiempo de musicales trinos que propician los pájaros y que nos provocan una placentera relajación, tiempo de flores y de abejas que como verdaderas dictadoras les roban su esencia para proporcionarnos esa dulce miel que tanto nos gusta.

La siguiente protagonista de nuestro reportaje no podía ser otra, de ella sale ese elixir que rejuvenece al más viejo, revive y revitaliza al que agoniza y hace perder la cabeza al animal más goloso que hay, el Oso.

Ya nuestros antepasados veían en ellas el dulce que les faltaba en sus vidas y por eso sabiamente las protegían con esas fortalezas empedradas que aún se conservan a día de hoy. Actualmente ya no son tantos los que apuestan por tener un colmenar en propiedad, aunque no es díficil ir a un pueblo que cuente con alguna familia que se produzca miel y la venda a pequeña escala.

¿Y si yo supiera de una familia de Ibias que ha dado con la fórmula para rentabilizar este oro líquido?

La formula no es otra que empezar por mimar al animal y al medio ambiente en el que se encuentra. Tener vocación, ser apicultor antes que empresario y sobre todo concebir este trabajo como una forma de vida y no como una manera de obtener beneficio. La verdadera forma para apostar por una empresa de este tipo no es otra que haber vivido con pasión desde pequeño todos los procesos de trasformación de la miel.

"Outurelos" nombre que recibe el negocio como homenaje al antiguo colmenar que poseía la familia bajo " O peneo de Outurelos", nace como resultado de una apuesta firme y segura por el trabajo en el campo y por la vida en el entorno rural. Su objetivo principal es hacer de una pasión: las abejas y la apicultura, una forma de vida cuya máxima a alcanzar es y será siempre no vender nada que no hayan elaborado sus abejas.

Para ello, Outurelos localiza sus colmenares en dos pequeños pueblos de la Parroquia de Marentes y de la Parroquia de Uría, alejados de las casas y en medio del monte, para que las abejas no molesten a nadie y por supuesto nadie las moleste a ellas.

No sólo se dedica a la extracción de miel, cera y polen, sino que también combinan esta actividad con la creación de velas, jabones y ungüentos, todos ellos hechos a partir de la cera de abeja que les sobra cada temporada. No trabajan con sustancias derivadas del petróleo como la parafina por lo que el toque de calidad y la apuesta por lo natural y artesanal es el verdadero sello de esta prometedora empresa Ibiense.

La miel de Ibias tiene nombre propio, sello de identidad que le hace destacar y ser superior a otras mieles, la miel de Ibias tiene buena representación en una empresa que apuesta por la calidad y no la cantidad, por el esfuerzo y los frutos del trabajo diario, por un sueño hecho realidad: OUTURELOS


domingo, 16 de mayo de 2010

Fresno, el pueblo herido

A veces el progreso es molesto, sobre todo cuando las obras no se ejecutan pensando en los vecinos de los pueblos afectados, intentando causarles la mínima molestia posible durante la ejecución de la misma.

A mediados del mes de julio del año pasado, los vecinos del pequeño pueblo de Fresno nos enterábamos que se iba a acometer en él las obras de saneamiento y depuración de aguas fecales, obra que como la mayoría de las del concejo llega justamente cuando menos gente tiene el pueblo. Lo que en principio era motivo de ilusión y alegría (en tu pueblo se invierte algo de dinero para mejorarlo) se está convirtiendo en una auténtica pesadilla.

A cuadros se me quedó la cara cuando después de haber hecho un viaje de más de cinco horas, llegué a mi casa para intentar descansar un poco y me encontré con que no podía acceder ya que el camino estaba totalmente levantado. Podéis pensar, lógico, están realizando la obra y tienen que tenerlo levantado para ejecutarla, pero es que el camino llevaba levantado mes y medio antes de que yo pusiera el pié en el pueblo.

Así es como tienen una de las tres plazas del pueblo, completamente saturada de escombros que lógicamente son más fáciles de depositar en este entorno y así evitar pagar un camión o otro tipo de mecanismo que les de salida. Es impresionante la falta de civismo que se ve en esta imagen, como impresionante es también, que no se tenga algún tipo de control durante la ejecución y los procedimientos para llevarla a cabo. A día de hoy y cuando ya han pasado más de 6 meses del inicio de la obra, la plaza sigue ofreciendo esa imagen.

y hablando de imágenes, aquí tenéis otra, ¿no os recuerda a cuando los pueblos estaban sin pavimentar? a la imagen solo le falta el carro tirado por dos vacas y el paisano con la boina y cigarro en mano para poder ambientarla en 1939. A día de hoy, el pueblo ya está todo encementado y vuelve a lucir un aspecto más acorde con el tiempo en el que vivimos.

Lo mejor de esta obra es lo que no sabéis, como en Ibias somos muy eficientes trabajando y ya si acaso luego pensando, se tiene pensado una vez finalizada esta obra realizar el acometido de agua para el pueblo de La Lamela con el consiguiente proyecto de construcción de un depósito en Fresno y la ruptura del hormigonado, otra vez, para pasar las tuberías, y digo yo, ¿no sería más fácil aprovechar esta obra para empezar la otra y así no trabajar dos veces?. En fin, son de estas cosas ilógicas que tenemos en Ibias.

domingo, 9 de mayo de 2010

Cecos, antigua capital de Ibias

Después de recorrer varios kilómetros de carretera perturbando el silencio de la naturaleza, que en este rincón asturiano permanece inmóvil entre sus montañas, cuyas cumbres se tornan vigilantes al que llega, nos encontramos ante el pueblín más emblemático y pintoresco del territorio ibiense: CECOS.

Camuflado entre la vegetación del río y en la confluencia de las carreteras de Cangas del Narcea y Degaña, este conjunto encantador obliga a realizar una parada en el viaje para descansar del ajetreo de los frecuentes y violentos zigzags que diseña el camino entre la espesa vegetación.

Espectaculares panorámicas de sus bosques autóctonos se quedan en la retina y evidencian porque forma parte de la mancha verde más grande de Europa.
El horizonte lo dibujan las suaves crestas de las montañas que nos aproximan a Galicia y, desde a ponte, podemos sentir la quietud serena del estrecho valle que aquí se inicia, notando el fresco aroma de la corriente del río que se mezcla con los que emana la frondosidad de sus arboleda. Escuchando el murmullo de la corriente que se desliza silenciosa en su limpio caudal, transparente, podemos ver como juguetea con sus sabrosísimas truchas, que para infinidad de pescadores es un trofeo inestimable.



El verdor intenso de los prados inmensamente llanos que lo rodenan y que se dejan acariciar por esas aguas cristalinas, invitan a tumbarse bajo los alisos majestuosos los días transparentes y soleadas de verano y también proyectar sobre ellos un refugio que nos aparte de la estresada civilización. Era frecuente ver en la época estival como las más jóvenes se divertían bañándose en el río y aún hoy sigue siendo un placer sentir el contacto de la piel con las frías aguas, que al estrellarse contra las rocas formaron una playa natural antes de llegar a ponte.



Sus edificios, que resisten con resignación estoica el paso del tiempo, se miran en sus aguas y lloran en la soledad el frío invierno hasta la llegada del verano que, nuevamente, son ocupadas por sus propietarios. En su conjunto conviven algunas de típica arquitectura rural y las más modernas no desentonan el paisaje, por haberse utilizado materiales autóctonos en su construcción. Ocupan ambas orillas del río y en el margen derecho rodean a la iglesia que junto con el puente constituyen dos joyas del arte románico. El templo conserva intacto el exterior, incluso un reloj de sol cerca del campanario, sin embargo su interior fue reformado y despojado de altares menores y diferentes obras de arte que poseía.



A ponte que une ambas orillas es testigo mudo de las crecidas del rio que más de una vez puso en alerta a sus habitantes. El también sufrió la reforma de su tabla, en aras de un mejor servicio de acceso, no obstante sigue conservando su arco.
Anterior a estos monumentos históricos son los restos de un castro, probablemente celta, situado a pocos metros del pueblo en un promontorio de propiedad particular. Al estar rodeado de espesa vegetación dificulta su acceso y observación. Yacimiento arqueológico, sin estudiar ni catalogar, denominando desde tiempo inmemorial "Regueira de Castelo".



Fue asentamiento romano por la riqueza del subsuelo y de la extracción de sus minerales dejaron buena prueba de ello en las laderas de sus montañas, en donde se ven con mucha dificultad. Las bocaminas abiertas se encuentran hundidas a pocos metros de la entrada, por desprendimientos del terreno.



Tiene una situación privilegiada en su asentamiento, y tanto es así que fue aprovechada por la nobleza de siglos pasados y en el construyeron sus palacios: el de Recadeixo, destruido por un incendio y el de Ron, cuyos propietarios actuales lo conservan en muy buen estado. Este último tiene fachada almenada y su escudo dinástico aun se puede ver en lo alto del portón principal. Sus antiguos propietarios yacen en la frialdad de la iglesia en sepulturas al lado del altar mayor. Aún podemos leer su identidad y rango.



Cecos nunca volvió a ser lo que representaba en aquellos tiempos, aunque en su reciente historia tuvo un periodo corto de recuperación cuando se instaló en él el ayuntamiento y pasó a ser centro administrativo y comercial. Antes, como los trayectos se hacían a pié o a caballo, había que invertir mucho tiempo en ellos y obligaba a permanecer gran parte de la jornada en el lugar, realizando las compras necesarias para aprovechar el viaje. Muchos de sus vecinos aprovechando este empuje instalaron su negocio, llegando a ser nueve establecimientos que competían entre sí.



La vida era muy difícil para todos y el autoabastecimiento de los productos de la tierra que cultivaban y del ganado que criaban, no eran suficientes. La precaria economía la sufrían estos negocios que vendían sus mercancías sin cobrar, hasta que el producto de alguna venta fuera bastante para pagar la deuda. En alguno de estos viejos negocios aún se conservan los libros en donde se anotaba los artículos y el importe, que quedaban a deber.



Algunos de sus habitantes, verdaderos artífices de su historia, han dejado profunda huella en el pueblo por su sentido del humor y agudo ingenio. De citar alguno, tenemos que hacer memoria y acordarnos de los hermanos Marcelo y Segundo, quienes eran muy queridos por la juventud de entonces. Marcelo por su simpatía, que hacía olvidar las carencias más elementales, y Segundo por ser un personaje que se las ingeniaba para ir subsistiendo, era entendido de todos los oficios.



Cada año todos esperaban el Corpus Chisti para la celebración festiva de la comunidad y lucir ese día sus mejores galas. Cada pueblo se encargaba, por orden riguroso, de preparar el acontecimiento, cuya tradición fue perdiéndose por quedar los pueblos deshabitados. Esto y probablemente la carretera de Cangas motivaron el cierre de la mayoría de estos negocios.
Aún sigue enfrentándose a la amenaza de abandono de sus vecinos, a pesar de haber mejorado sus comunicaciones con el exterior y las inversiones importantes llevadas a cabo para su embellecimiento.



Como otros pueblos de nuestra geografía, debe ser protegido por las administraciones públicas y aprovechar, con su apoyo y una buena planificación medioambiental, para recuperar este asentamiento que ofrece un hermoso territorio para senderismo y con gran riqueza de fauna y flora. Extraordinario lugar para disfrutarlo por sus valores históricos y ecológicos.

Juan Carlos González López
Fotos: Elena M. Gayo y Adrian G. Bermúdez

sábado, 1 de mayo de 2010

2 de Mayo: Día de la madre


¿Cómo calificaríais a las mujeres de Ibias?, ¿tenaces? ¿luchadoras? ¿constantes? podría estar adjudicando calificativos durante unas cuantas horas a estas mujeres que desde bien pequeñas abandonaron su infancia , hipotecaron su juventud y entregaron su madurez al servicio de la casa y el hombre que a buen acierto las elegía como esposas.

2 de Mayo, día de la madre, ¿Quien no se siente orgulloso de su madre? para mí lo es todo, me dio la vida, me enseño a dar mis primeros pasos, me protegía cuando tenía miedo, me aconsejaba en plena juventud y hoy por hoy, 23 años después se le sigue iluminando la cara cuando abro la puerta y entro a la casa.

Dicen, que los niños siempre tenemos más cariño a nuestras madres mientras que las niñas les guardan más respeto y les dan más amor a los padres. Yo que queréis que os diga, creo que se les tiene cariño por igual y quizás más respeto al padre por ser la figura que más impone. Cuando eres pequeño es él quien juega ese papel de malo mientras que la madre se deshace en sorisas, mimos y caricias, una vez que creces es ella quien te reprende, quien te guía por el camino correcto, es ella la que adopta la figura protectora y la que está en el sofá esperándote cuando llegas a altas horas de la madrugada después de una noche de alegría.

Tenacidad y fuerza no les falta a estas mujeres, desde bien pequeñitas han tenido que luchar mucho, es difícil ponerse en su situación cuando a ti no te falta de nada, pero cuando te miran a los ojos y te dicen: "estoy luchando para que tú no vivas lo que viví yo, para que tú no pases lo que pasé yo" te olvidas por un segundo de la época que te ha tocado vivir, te trasladas a la época que ellas tuvieron que pasar, cuando era más importante ir con las vacas que el colegio, cuando su juego consistía en ir con siete años a la braña con las ovejas o sacar los gochos y tener mucho cuidado en que no entraran en las hortas de los demás porque si no había palos en casa.



Por supuesto cuando eran "mocetas" no había grandes lujos, nada de pedir dinero a los padres para comprarse vestidos, ni zapatos y por supuesto olvidaros de las grandes fiestas, muchas veces el padre les ponía un buen cubo de patatas o de castañas prometiéndoles que si lo pelaban entero podía salir y cuando lo terminaban de malos modos las mandaban para la cama.

Cuando conseguían encontrar a ese moceto que les gustaba a ellas, nada de traerlo a casa ni que la madre les viera con él, tenían que andar a escondidas y cuando por fin conseguían casarse con él para juntos formar esa vida de fábula que planeaban, se daban cuenta que esa fábula no era para nada realidad, la realidad era que tenían que hacerlo todo en casa, atender las vacas, el horto, los nenos y poner el plato de comida al minero que venía cansado de picar carbón en la mina.

Cuando llegaba el verano y con él la siega de la hierba, trabajaban como hombres, segando hierba, aforquetandola y pisandola en el pajar, pero ahí no acaba la cosa, en la matanza jugaban un papel más que vital, no sólo tenían que lavar unas tripas que revolverían las tripas de más de una en la actualidad, si no que tenían que hacerlo en pleno enero y en la fuente con ese agua que quitaba el sentido y una vez terminada esa tarea, se tenían que meter en la cocina a hacer el banquete para la gente que venía a ayudar en la matanza.

Hay que quitarse el sombrero con estas mujeres, con estas madres que no conocen la palabra descanso, si de verdad hay un cielo, os lo tenéis todas ganado.

FELIZ DÍA DE LA MADRE A TODAS