lunes, 25 de abril de 2011

El banquero de Ibias

Y caminando caminando, puede ver procesiones, devoción, fervor, llanto pasado por agua, pude andar por caminos de barro, sentir el frío en el cuerpo, el agua en el cuello. Caminando caminando puede llegar a sitios lejanos, abrir las pupilas y ver el encanto, pude sentirme animal sin jaula, persona sin ataduras, fuego desbocado. Caminando caminando iba retratando con mi cámara en la mano los sitios de los que estaba enamorado, espero, os guste el resultado…

¿Le echamos un ojo a Villajane?

Aldea de la parroquia de Marentes. Se sitúa a 300 m de altitud en la vertiente oriental del monte del Carballo, sobre la margen izquierda del río Ibias. Se dispone a lo largo de la AS-210 en la que 4 kilómetros la separan de San Antolín de Ibias, capital del concejo.

Su estructura lineal en torno a un camino da buena seña de que antiguamente la carretera principal lo atravesaba. Hoy en día la principal vía de comunicación con la capital lo sesga por la mitad dejando gran parte del pueblo en la parte de arriba de la misma y obligándoles a tener una pequeña pista de acceso.

Sus sufridos vecinos, 9 en la actualidad, mantienen como pueden sus fincas, sus casas y por supuesto la imagen de la aldea de Villajane. Parece mentira que mientras la mayoría de parroquias que componen el concejo de Ibias pierden población año a año, la de Marentes, aumenta la suya con casos muy significativos como los de la Aldea de Busto que pasó de tener 4 habitantes en 2001 a 10 en la actualidad.

Una de los principales atractivos de Villajane es el arbolado de enormes dimensiones, fundamentalmente castañales, que dispuestos a lo largo de "La Rubial" hacen de este pueblo un lugar muy agradable en los soleados días de verano, proporcionando sombra todo el día. Precisamente bajo él acontece todos los años su fiesta, fechada durante las primeras semanas de agosto y que como en muchas otras del concejo, no falta la misa de media mañana, la comida vecinal con olor a cordero, el baile de gaita y acordeón y por supuesto el buen viño de la tierra.

La fuente lavadero es otro de los puntos de interés que tiene la aldea de Vilaxane. Su inconfundible encalado en color blanco le hace destacar rápidamente. Por supuesto, no podrás irte del lugar sin probar sus cristalinas aguas, nadie mejor que ellas para apagar la sed del largo camino.

Y si has sido malo y necesitas confesar tus pecados, siempre puedes pasarte a dar una vuelta por el interior de la capilla de Nuestra Señora de Pastur. Ya sabes, hay pecados y pecados, uno de los más grandes es no conocer el concejo de Ibias.

Me llama la atención de Villajane la escasez de hórreos y paneras que tiene el lugar. Tan solo uno adorna los caminos de la aldea. Pueblo de Vilaxane, a faer mais hórreos que nun podeis quedar por detrás…

Si bien el Palacio de Tormaleo y el de Ron son las dos joyas de la época del barroco en Ibias, el palacio de la Peña ubicado en la parte baja de este pueblo constituiría el tercer pilar fundamental de la arquitectura más singular del concejo.

Estructurado en tres partes, Casona Antigua con cuadras y pajar, Palomar en forma de torre y Capilla dedicada a San Juan, languidece año a año comido por la maleza en forma de zarza y ortiga dispuesta a cubrir y borrar el impresionante pasado de este conjunto arquitectónico.

Cuenta la leyenda que D. Victor, uno de los antiguos propietarios de este palacio acumuló una importante fortuna en el siglo XIX gracias al préstamo de dinero y al cambio de objetos. Este visionario usurero, llego a convertirse en el principal banquero de Ibias. Tanto oro, merecía un escondrijo que lo protegiera de rateros y maleantes dispuestos a robarlo, eso sí, tal fue el grado de secretismo y desconfianza que nadie supo nunca más el paradero de tal cantidad de oro. D. Victor se llevó el secreto a la tumba, sus herederos realizaron excavaciones por todo el recinto llegando incluso a cavar debajo de la iglesia, sin que este trabajo diera fruto alguno.

Caminando caminando llegue a una Casa Rural, A casía d´Elvira, una acogedora morada de dos amplias habitaciones dobles con camas auxiliares, y una sala-comedor-cocina donde me envolvió una agradable calidez y me encontré, pues eso, como en casa, a gusto. Es de dos plantas, arriba las habitaciones y abajo el resto. Desde la planta de arriba se sale a una zona verde, una terraza orientada a poniente donde poder invertir unas horas leyendo o escuchando el silencio y mirando el cielo de este mágico lugar. Lo mejor es el precio, 75€ te separan del placer del contacto con la tierra virgen y 95€ si decides dar un tiempo a tu estrés en temporada alta.

Yo que tú iría marcando ya el 647.500.348, igual puede ser que la pereza te deje sin descanso, vistas, olores, sosiegos, tranquilidad y un poco de aventura y actúe en ti el sentimiento de rabia y resentimiento por no haberlo marcado antes.

Y caminado caminando, ya me cansé de andar, me quedo durmiendo nesta Casa Rural. Tú aprovecha a ojear, leer, cotillear y comentar los pueblos que este loco va describiendo nesta ventanita que te acerca al lugar.

domingo, 10 de abril de 2011

Lagüeiro

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminando caminando a un bonito lugar hemos de llegar, caminando caminando seguro que cerca estará. ¿Falta mucho para llegar? Solo tienes que andar 700 metros y los descubrirás:



Aldea de la parroquia de Cecos, está situada a 350 metros de altitud media sobre la margen izquierda del río Ibias y de la carretera AS-211. De ésta parte un camino a través del que se comunica con San Antolín, a 3 Km.

Es precisamente esa proximidad con la capital del concejo de Ibias y su situación estratégica en un rellano topográfico con apenas un 15% de pendiente, la que le ha permitido desarrollar una importante cabaña ganadera.

No sería posible esta, sin las impresionantes praderías llanas, de fácil mecanización, aprovechadas al máximo al localizarse el pueblo al margen de ellas en contacto con el pie de monte, que han contribuido a la formación de importantes caseríos en los que domina una tierra de alta calidad muy favorable para la actividad agro-ganadera.

Resulta peculiar cuanto menos la estructura de este pueblo, el cual se articula en torno a un espacio central ocupado por huertas (“hortos”) rompiendo así, el esquema tradicional de núcleo compacto y alrededor de él el terrazgo.

El tejido poblacional de esta aldea lo forman unas 28 personas que de manera constante hacen vida en ella. Como es habitual en la mayoría de parroquias del concejo, esta cifra suele aumentar considerablemente en periodos vacacionales y fines de semana.

A unos 270 metros de distancia del centro del pueblo se levanta una de las joyas patrimoniales de Ibias, el emblemático palacio de Ron. Se tiene constancia de que este imperioso monumento fue construido en 1521 por una de las familias con más poder y renombre del concejo, los Ron.

Su estructura consta de una torre central de tres pisos edificada en mampostería y tejado de pizarra a la que se le pusieron dos alas laterales. El recinto se rodea de un muro almenado y sobre la puerta rematada en arco de medio punto, está el escudo tallado en madera con una “R” representando el linaje de esta familia. Su interior se organiza en torno a un patio central en el que resalta una impresionante panera y una capilla dedicada a San Roque y San Antonio, convertida en garaje por sus actuales dueños.

Este palacio hace años que no pertenece a los Ron, su último heredero, Humberto Ron Rocha falleció durante la guerra civil y desde entonces este legado de mas de 1500 metros cuadrados de recinto, ha ido pasando de mano en mano hasta llegar a sus actuales propietarios, empeñados en mantener el porte señorial del este majestuoso titán.

Otro de los elementos caracterizadores de Lagüeiro son sus hórreos y paneras, entre estos destacan por su belleza y singularidad el de la casa del Pontigo y el de la casa Carbueira, ambos, teitados siguiendo la tradición. Pese a no conservar la techumbre vegetal existe en el lugar un hórreo que alberga en una de sus paredes una talla que merece ser contemplada por el visitante.

La fuente-lavadero, fue levantada a mediados del siglo XVIII y reformada en 1943, poco después de de la guerra civil, en plena post-guerra. Se encuentra enclavada en la parte alta del pueblo abastecida por las aguas con paso por las Cruces y el Poulón.

Un arroyo denominado “Regueirón” cuyo curso se dibuja por la margen izquierda de la aldea, desciende hasta converger con el río Ibias unos metros más abajo del pueblo de Cecos. Su trazado serpenteante junto con sus cristalinas aguas constituye un agradable paseo para todo aquel que se acerque al lugar.

Para finalizar cabe destacar de Lagüeiro las impresionantes vistas que atesora. Dominando imponente por encima de su parroquia, ofrece una bella panorámica de Cecos.

¡Yo ya te lo he descrito, ahora decides tú si conocerlo!

Caminando caminando el sol se ha de marchar, caminando seguiremos que la noche es larga y hay mucho que andar...