lunes, 27 de junio de 2011

Vilar Fundeiro

Así era conocido el vecino pueblo de Villares de Abajo en la parroquia de Tormaleo.



Situado en la ladera izquierda del valle de Luiña a 810 metros de altitud, se ha ganado a pulso el apodo de "atafoles" junto con su vecino el de arriba, bueno, más bien estos eran los que los "desataban".


Poca gente conoce que Los Villares y Buso en el Siglo XVII formaban parte de un coto señorial perteneciente a los Señores del Valledor de Allande, utilizado como área de caza y pesca por sus apoderados.

Su organización es bastante dispersa, sin continuidad. Apenas una docena de casas se levantan en torno a un camino principal que a duras penas actúa de eje vertebrador. Sus estrechos y cuestos caminos, no invitan a un fuerte trasiego de vehículos pues la mejor opción si no eres habilidoso al volante, será dejar el coche al principio del pueblo.


Me llama la atención en esta aldea, el molino que se levanta en el medio de la misma, por cuyo cauce no transcurre ningún curso de agua y varios hórreos en el lugar, destacando el de casa de "Manuela" por su buen estado de conservación.

El despoblamiento de este pueblo como el resto de los del concejo es más que evidente, apenas unas 6 personas habitan en él de forma permanente cuya media de edad supera los 60 años.


Su elevada altitud, le hace gozar de unas maravillosas vistas sobre la cabecera del valle de Luiña, tan solo enturbiadas en su parte oriental por el impresionante desastre natural y ecológico formado por la explotación a cielo abierto de Tormaleo. Villares de Abajo, soportó durante muchos años el continuo impacto generado por otra explotación, la de Villares de Arriba, cerrada hace más de una década. Mientras, los mineros de interior, explotaban el subsuelo mediante galerías que en la actualidad suponen un hundimiento progresivo del terreno. Algunas casas, ya sufren su efecto directo que se plasma a través de la aparición de grietas en su fachada.


La minería, como agente dinamizador de toda la parroquia, juega un papel trascendental en este pueblo, pues en torno a los años 60, se levanta el poblado minero de Villares de Abajo, debido al comienzo de la actividad minera en Tormaleo.

El yacimiento empieza a ser explotado bastante tarde, debido al extremo aislamiento del valle de Luiña, concretamente en 1959, año en el que se extraen 166.377 toneladas. En 1995 Minas Tormaleo S.A. es absorbida por la MSP (Minero Siderúrgica de Ponferrada) ampliándose con una previsión de producción bruta de 4.871.274 toneladas en 20 años.


Fruto de este dinamismo minero, se llegaron a general un máximo de 600 empleos, traduciéndose todo ello en un incremento poblacional muy significativo que dio lugar a una importante demanda de vivienda. Se construyen entonces 72 viviendas sociales subvencionadas por el Instituto Nacional de la Vivienda y propiedad de la empresa.


El poblado de Villares presenta un plano irregular y alargado con calles rectas, paralelas y perpendiculares que se cruzan entre sí. La edificación es de baja altura (dos plantas como máximo) a modo adosado y de superficie reducida. Estaban sujetas a un contrato de alquiler de renta antigua que por aquel entonces era de 150 pesetas y en ella estaba incluida la luz. Los servicios básicos (agua, basura, etc.) tenían carácter privado, estando proporcionados por la propia empresa, la cual vertía los residuos generados en una escombrera en frente al mismo poblado.


Tras su construcción fue dotado de diversos equipamientos y servicios (economato, escuela y un parque infantil ...). En el caso de este último, el escaso uso y mantenimiento hace que se asemeje al abandonado parque infantil de Pripyat (Chernobil). El punto y final en equipamientos lo constituyó la oficina minera, cerrada hace unos 5 años.


En torno a él, nacieron bares, ferreterías, supermercados, talleres mecánicos y fiestas como la de La Campa, que tras habérsele robado su emplazamiento, se celebra en este pueblo.


Sin duda alguna, es la zona más dinámica de la parroquia de Tormaleo debido a la concentración de población, unos 120 habitantes que representan el 7% del total municipal constituyendo así el segundo núcleo más poblado de Ibias por detrás de la capital. Quién diría que en 1857 Villares de Abajo era el pueblo más pequeño del concejo.


Espero haberos hecho una idea en vuestra mente de este pueblo minero, eso si, si queréis verlo, tendréis que visitarlo.

6 comentarios:

Pablo dijo...

Bonito reportaje!sin duda un cambio sustancial el de este pueblo como siempre provocado por la minería, muy bueno el dato de 1857. Muy completo todo.

A ver si alguien puede decir el por qué de ese molino sin agua.

Saludos!

Anónimo dijo...

El molino no tiene agua porque es de viento... informémonos un poco

Anónimo dijo...

Alguien sabe cuando volverá a funcionar el cielo abierto de LA CAMPA.

Fabero, Cerredo ya están al 100%.
La Mora empezará en julio.

http://centralesactivas.blogspot.com/2011/06/las-plantilla-completas-de-las-minas.html#comments

Anónimo dijo...

angel atafoles villares de arriba desatafoles villares de abajo te lo dice una de villares de arriba

Ángel Fernández dijo...

Si, a lo mejor igual me expliqué mal, eso mismo quería decir, "más bien en este pueblo los desatan"

Muchas gracias por la aclaración

Anónimo dijo...

CMC está desmantelando la ultima mina de interior que tenia en Laciana.

La comarca sede de la que fué principal empresa minera española (MSP) ya no tiene ninguna mina de carbón.

Pese a los anuncios de inversiones realizados hace escasos meses por Victorino Alonso y las promesas políticas de que el traslado de su plantilla a Cerredo era provisional.

En Laciana en estos momentos solo queda activa la mina La Escondidad, de la empresa Hijos de Baldomero Garcia (Grupo Viloria) en Caboalles de Arriba. Y los cielos abiertos de CMC de Fonfria en Caboalles de Abajo y La Mora en Villaseca.

En el occidente de Asturias, una vez cerrada La Rasa y Monasterio, solo quedan activas Uminsa Pilotuerto en Tineo, Carbonar en Rengos y CMC en Cerredo. Y los cielos abiertos de Cavosa en Cerredo y La Campa en Tormaleo (este ultimo paralizado por un ERE).