miércoles, 13 de octubre de 2010

Andeo, presente y pasado de un pueblo



Parece que al final la ignorancia se apoderó de todos vosotros y tuvisteis que recurrir a la gran guía para dar con la respuesta. Como bien decís o dice "la guía", el escudo de los Uria se encuentra en la aldea de Andeo. Pertenece a una familia, la de Manolon, con bastante personalidad, visto el alegre color que escogen para engalanar y resaltar si cabe más, la fachada de su casa.

Hablar de Andeo significa volver al pasado, recorrer calles llenas de magia, pasear por rincones inesperados, volver a reencontrarte con el ayer sin dejar de estar en el presente.

Aldea perteneciente a la parroquia de Seroiro, se encuentra situada a 550 metros de altitud en la ladera izquierda del valle Aviouga.

Su maltrecha carretera, fruto de la acción del paso del tiempo junto con la dejadez de todos aquellos que año tras año siguen sin querer lavarle la cara, confluye con una de las principales arterias de comunicación del concejo, la As- 29.


La dificultad que supone el cuesto acceso a esta aldea, se ve compensado por las hermosas vistas que nos ofrece el valle y todo ello unido a los propios elementos singulares del pueblo.

Cabe destacar al inicio del nucleo este singular lavadero que tanto y tanto se repite a lo largo de la geografía ibiense y que durante muchos años sirvió para dar servicio a estos moradores de Andeo.


Si ya al inicio del reportaje destacábamos la casa de Manolón portadora de un impresionante escudo que resaltaba su linaje, ésta no era la única que hacía sombra a las demás en este pueblo, pues la casa Fonsón no se quedaba corta. Cuentan los del lugar, que era una de las mas ricas de las de por aquel entonces. A simple vista, atravesando sus entrañas ya que está construida por encima del camino, uno se da cuenta de que no es una casa normal. Que afortunados tenían que ser los que la habitaron en un pasado.

Siguiendo con el recorrido y siempre sin dejar de lado el camino del pueblo, nos topamos con varios de los hórreos que dan carácter y personalidad a Andeo. Los hay para todos los gustos:

Encementados,

Tradicionales,

Clásicos...

... soportando todos ellos los envites del paso del tiempo, viejos, temblorosos y cansados, lloran recordando el niñerio y las voces que hace ya muchos años recorrían este idílico lugar.


Andeo cuenta en su haber con once casas, siete de ellas principales y cuatro no principales que actualmente acogen a 18 habitantes, muy lejos de aquellos 102 de 1904 según el Nomenclator de ese mismo año.


Llama la atención en este lugar la capilla que tiene en sus afueras dedicada al Santo Ángel de la guarda. Cuenta en sus entrañas con una imagen de San Antonio y un Santo Medieval que data del siglo XIII.

Entre las gentes del lugar cabe destacar el que sin duda fue uno de los personajes más conocidos y por que no, más queridos de Ibias. Se encargó de poner alegría y buen ritmo a todos aquellos aldeanos que después de una dura jornada de trabajo bailaban hechizados al ritmo de su gaita. El gaiteiro de Andeo fue por aquel entonces el Carlos Nuñez de nuestros días, marcó precedente e influencia en todos los gaiteiros de la época, y a día de hoy, sigue siendo el músico más prestigioso de nuestra humilde tierra.

Vaya desde aquí dedicado mi reportaje a la memoria de él, allá donde esté.

3 comentarios:

Pablo dijo...

Precioso pueblo y preciosa entrada ésta. De Andeo guardo un muy buen recuerdo del trabajo de la facultad en el año 2008, fue toda una experiencia, aprendí a mediar con diferentes prototipos de personas...toda una experiencia!!


Un saludo!

gavilan poyero dijo...

Unas entrada que me presta mucho. Andeo, es uno de los pueblos,que tenemos en la retina constantemente los de Seroiro, pues está enfrente y nos pasamos el díamirando para ellos.

Anónimo dijo...

Muchísimas felicidades Ángel por este gran blog... realmente se me ha puesto la piel de gallina, me ha tocado la fibra. Mi madre es de Villares de Arriba, que para mi siempre ha sido mi pueblo y de allí me considero, y poder seguir en la distancia la actualidad de la parroquia me encanta.
Un fuerte abrazo desde Barcelona donde resido, aunque siempre que puedo me escapo a ibias, y espero estar por allí estas navidades.

Carlos