sábado, 2 de mayo de 2009

Bodas made in Ibias

Las bodas, uno de los días más felices para aquellos novios que quieren unir sus vidas en santo matrimonio, entregarse el uno al otro para encontrar la felicidad eterna en compañía, poder formar una familia y alcanzar de esta manera el sueño de tantos años de relación.
No me pregunteís mucho más de las bodas porque seguramente no sabría deciros nada más, ahora bien, cuando se trata de echar la vista atrás y preguntar soy todo un experto, por eso hoy os voy a explicar cómo era una boda en la Ibias que lucha día a día por modernizarse.
Todo comenzaba con la típica despedida de soltero, eso sí, más calmada que las actuales ya que cada novio la celebraba en su pueblo con una comilona y si llegaba el dinero se hacía el baile al que acudía la mayoría de la gente de la parroquia de Tormaleo.
Al día siguiente tocaba casarse, imaginaros los nervios de esa novia, era su día, el día que cambiaba su vida, el día que decía y se unía a su pareja para siempre con tan sólo un sí quiero.
Actualmente da mala suerte que el novio vea a la novia antes de la ceremonia pero en el pasado, era el propio novio el que iba a buscar a su prometida a casa a lomos de un caballo y es que si, amigos, sin carreteras ni coches, la única manera de llegar a la ermita para casarse era a lomos de un caballo.

Imágenes cogidas del blog: moalpuertademuniellos.blogspot.com
Autor: Jose de Mingo
Este recorrido estaba perfectamente estudiado, el gaiteiro siempre iba delante de los novios tocando la marcha real, a continuación los novios montados en sus caballos adornados con rosas al más puro estilo rociero, detrás de ellos, los padrinos de boda y aquí viene la novedad porque los padrinos de boda eran por lo general los padrinos de pila de los recién casados y en caso de que estos no quisieran o por desgracia no estuviesen ya en este mundo, el padre del novio siempre era el padrino de bodas.
Los pueblos por los que pasaban también querían participar en dicho enlace y a la entrada del mismo realizaban un arco de rosas por el cuál debían pasar los novios, imaginaos a los espantadizos caballos obligados a pasar por un lugar que no querían. El padrino como buen anfitrión iba detrás con la bota de vino y los cigarros ofreciendo a todos los presentes.
Una vez llegado a la iglesia, tarea que llevaba tiempo porque se hacían muchas paradas, la novia acaparaba todas las miradas ya que esta entraba en la Iglesia vestida de negro, si amigos si, habéis leído bien ya que antes las novias se casaban de negro.
Una vez dado el sí quiero y sellado su amor con un beso, se salía de la capilla y por supuesto los novios antes de emprender el viaje de regreso a sus casas debían bailar junto con los asistentes a la boda al toque que marcaba el gaiteiro.
Antes, las bodas duraban dos días y os preguntareis ¿dos días?, pues si, más que nada porque se celebraban dos fiestas, el primer día se celebraba en casa del novio y el segundo en casa de la novia.
Imágenes cogidas del blog: moalpuertademuniellos.blogspot.com
Autor: Jose de Mingo
Para que nada fallara y puesto que los banquetes se celebran en casa, los padres de los novios solían contratar a cocineras, personas que se encargaban de realizar toda la comida que se iba a servir a sus invitados. Tres de las cocineras con más renombre en la parroquia eran Chelo de Saturno, Carmen del guardia y Constantina Méndez.
A la hora de regalar a los novios, el dinero era lo de menos ya que por aquella época el dinero era un lujo que muy pocas familias poseían asique los regalos se limitaban a alguna prenda de vestir, enseres para la casa y en su mayoría a comida.
Llegaba la hora del jolgorio y por supuesto en Ibias la fiesta siempre se nos ha dado muy bien. En el festejo no faltaba la buena comida para todos ya que a este no solo acudían los invitados si no la mayoría de chavales de la parroquia, buen vino y algo que a mí sinceramente me llama mucho la atención. Las mujeres de la casa cocinaban un roscón muy grande el cual colocaban encima de una sábana que a su vez era cogida por un grupo de personas que la zarandeaban haciendo bailar de este modo el roscón. Entonaban el siguiente canto:

"El roscón ta bueno, es de buena faria,
nun deixedes sin parte a la señora madría,
el roscón ta bueno, es de bon pan trigo,
nun dexar sin parte al señor padríno".

No podía faltar en la fiesta el gaiteiro, las familias se gastaban bastante dinero contratando a los mejores como podían ser Ferreira, Andeo, el gaiteiro de luiña, el de fondosdevilla o el Pardal.
Una vez finalizado el jolgorio, tocaba noche de bodas, pero ese capítulo ya lo reservamos a la intimidad de los novios.

8 comentarios:

El Bao dijo...

Que guapos recuerdos y cuanto han cambiado los tiempos,aunque en eso de las bodas no tengo ni idea si ha sido para mejor o peor.

Jose de Mingo dijo...

Una entrada muy interesante pero, tras leer el artículo, observo que no haces referencia a las fotos publicadas y que corresponden a mi blog: http://moalpuertademuniellos.blogspot.com/2008/07/las-bodas-en-el-siglo-xx.html.
Por otro lado decirte que, al menos, el novio de la primera foto es natural de Ibias.
Saludos.

mari dijo...

Mis padres se casaron hace 42 años y su boda fue como la describes aqui.
El primer dia el padrino y el novio con sus invitados fueron a buscar a la novia donde comieron ´,por la tarde se casaron en Tormaleo y se fueron para casa del novio alli los esperaban los que cantaban a la rosca que por cierto la hacia la madrina .
Cenaron y luego estubieron toda la noche de baile ,al dia siguiente desayunaron y comieron (esto todo en casa del novio ).
Como anecdota te puedo decir que mi madre fue la primera de la parroquia que se caso de blanco.Quitando asi ese luto que no favorecia en nada a las novias.
Yo tambien me case en Tormaleo 20 años más tarde y las bodas ya no eran asi.

Un saludo

Ángel Fernández dijo...

Perdón por el error Jose, las cogí del google sin saber que eran tuyas. Corregido el error, que casualidad que el novio fuese de ibias, es increíble. ¿Tú sabes de qué pueblo, familia, etc era?

Un saludo.

Asique las madrinas hacían el roscón eh... yo no digo nada pero me parece a mí que cierta persona tiene que ir aprendiendo a hacerlos porque me lo va a tener que cocinar a mí.

Yo lo dejo caer...... en un futuro lejano ehh... que soy muy jóven,jajaja.

el chapras dijo...

Si señor aprovechate de la madrina aunque sea en un futuro muy lejano.De todas maneras ya se lo recordare cuando llegue el momento.
Dice la madrina que no tardes mucho que se hace vieja para hacerla.
Un saludo.

El Trasgo del Cadavín dijo...

Hace muchos años, asistí a la boda de Esther, hija de Felisa de llanelo y Ramiro de Llamas del Villar:
Se casaron en Taladrid y , prácticamente, se hacía como describes. A la entrada de Villaoril, nos recibieron con un gran arco de laurel, con cintas de colores y mantillas de seda. Unas cuantas mozas tocaban las panderetas y la madrina obsequió a los presentes con tres o cuatro roscas
Las mujeres montaban a caballo, sentadas en la silla o la albarda. No estaba bien visto montar a "cachaperna Los banquetes de bodas eran excesivos y no faltó la broma, en los postres, de hacer varios "feixolos" de trapo.
No habeis comentado, que cuando se formalizaba el noviazgo, El novio tenía que pagar a los mozos del pueblo de la novia, los "derechos" de casamiento: un par de garrafones de vino, galletas y unos cuantos paquetes de rosquillos, heran suficientes para la autorización.
UN cordial saludo.

Ángel Fernández dijo...

Qué bueno trasgo, muchísimas gracias por la información. Parece increíble, el poco dinero que había por aquel entonces y lo bonitas y planificadas que estaban las bodas. Con bien poco mira lo que eran capaces de hacer, dos días completos de boda y ahora que vamos tan de listos, no hacemos ni la mitad.

Como me gusta saber las cosas de antes al igual que me gusta ver que la gente sigue compartiendo sus recuerdos para que la historia de Ibias no se quede en el olvido.

MUCHAS GRACIAS

Jose de Mingo dijo...

El novio que aparece en la primera foto es natural de Dou y aunque ya lleva varias décadas en Moal, sigue sin perder el acento tan característico de vuestra zona.