domingo, 16 de junio de 2013

Caminando la braña de Arandoxo

Anrandoxo es otra de tantas entidades de población del concejo de Ibias difíciles de clasificar, pues si bien por sus entrañas formó y forma una bonita aldea, su localización, altitud y forma también dejan clarísimo que fue una buena braña comunal.


A ella se desplazaban haciendo trashumancia los vecinos de los pueblos cercanos con sus rebaños de ganado durante todo el periodo estival y convivían con los propios vecinos de la aldea. Cabe destacar la llanura de esta braña y por ende la de sus fincas, perfectamente delimitadas por paredes empedradas.


Enclavada  a 1.120 metros de altitud y dentro de la parroquia de Pelliceira, Arandoxo es otro de los cielos de Ibias. Para llegar a ella habrá que tomar el desvío en la AS-212 y recorrer una empinada pista de unos siete kilómetros en dirección a Pelliceira para volver a desviarnos, esta vez por un camino de tierra, que nos conducirá directamente a ella. 


La llegada a la braña es alentadora, fresca y visual. Alentadora porque desde ella puedes llenar los pulmones con el buen oxigeno de Ibias, fresca porque al encontrarse a tanta altitud, el viento sopla fuerte y la sensación de frío es bastante elevada y visual porque desde este enclave podemos alcanzar a ver las cuatro panorámicas del concejo de Ibias. 


Su interior guarda en cierta media la esencia de una aldea de las de antes, de las de verdad. Caminos sin encementar, praos delimitados por paredes de piedra y carriles de madera, casas de piedra con techos de pizarra y dinteles y portadas labradas por el paso de los años. Varias Pallozas desperdigadas por el lugar y de las que aún se conserva la estructura acaban de componer este maravilloso lienzo. 


Canta la coplilla popular: "Este pandeiro que toco e de pelello de corzo, tocabano en Pelliceira, resoaba en Arandoxo". Estos versos que le sentí cantar con mimo a Adelaida de Villaoril, me hubiera gustado escucharlos en boca de alguna señora mayor que habitara por estos lares, pero lo cierto es que en Arandoxo ya no resuena nada más que la paz y tranquilidad que le proporciona su aislamiento y olvido.


Hubo en el lugar una antigua capilla pequeña dedicada a San Lorenzo aunque corrió la misma suerte que otras. Fue pasto de las llamas durante la Guerra Civil Española. 


Pese a ser un lugar abandonado o por lo menos poco o nada habitado está bastante bien mantenido. La práctica totalidad de sus fincas están en perfecto estado de conservación e incluso se ve que tiene prados con presas hechas y el agua echada. No se conserva del mismo modo el antiguo camino que reconvertido en ruta, sirve de punto de unión entre los pueblos de Flogueiras de Boiro y el propio Arandoxo. Señalizado por el Ayuntamiento y anunciado en folletos como un sendero de ruta, está totalmente impracticable...


Acabaré este reportaje de igual modo que termino muchos otros de los que hago, dejando la puerta abierta para que os animéis a recorrerlos, degustarlos, ponerles realidad a estas fotos y contribuir con ello a conocer y apreciar lo valioso de nuestra zona, que no es otro tesoro que aquel que nos dejaron en legado nuestros antepasados. 


Abrir los ojos, calzar las botas, pillar el coche y recorrer los pueblos de Ibias, que a su vez son los vuestros. Merece la pena abrirles la puerta y caminarlos. Hay tanto que ver, tanto que descubrir, tanto dónde mirar y tanto por lo que sentir orgullo, que elegir otro destino de vacaciones, siempre será una opción mala y pobre en contenidos... 

5 comentarios:

José García Queipo dijo...

Hola Ángel, desde Barcelona sigo con mucho interés tus reportajes y me gusta mucho como los elaboras, tu forma de relatar, la frescura del lenguaje,tu generosidad,etc, me hace pensar si eres periodista.
Si yo fuera el alcalde te nombraría embajador de Ibias en el Mundo y además te pagaría por ello porque gracias a tu trabajo nuestra tierra cada día es más conocida.
Un saludo.
José García Queipo

Ángel Fernández dijo...

Muchas gracias por tus palabras José, para nada soy periodísta ni pretendo ni me hace falta serlo. Cuando uno es un enamorado de su tierra es fácil escribir sobre ella de manera altruista.

No tengo reconocimientos ni tampoco los quiero, con los que vosotros me hacéis y el que yo le hago a nuestra tierra ya es suficiente...

Muchas gracias por tu apoyo y a seguir leyendo el blog, pues aún quedan muchos pueblos en el tintero...

Manolo dijo...

Como me acuerdo del dia de muchos truenos que un rayo prendio el fuego que se incendiò Aradoxo se veian las llamas y el humo desde mi pueblo solo quedaron unas 3 casas un saludo Angel por mostrarnos el pueblo que tiene buena vista

Anónimo dijo...

En Arandoxo también hay una fiente muy curiosa y escondida para los que no son muy habituales. La fuente es como un pozo, tienes que abrir una puertecita y...allí está, limpia y refrescante. Hace años que no hago la ruta desde Boiro y de aquella estaba bien, espero que la arreglen porque es una maravilla. En verano es una maravilla ir allí a tomar el bocadillo ya jugar en sus verdes caminos. Precioso el reportaje. Ana Alvarez

Pablo dijo...

Me han entrado las ganas de conocerlo.

Ese paisaje de alta montaña pero plano...invita a como se dice por ahí a tomar un buen bocadillo con buena compañía.

Eso sí habrá que buscar un día de sol y calor porque tiene pinta de fresco...

Saludos!