miércoles, 12 de diciembre de 2012

Una fortaleza sobre el río Navia

Ella vive en mí, en cada despertar, en mis sueños y mis secretos aún sin revelar. Es ella la que me quiere tal y como soy, esa que me acompaña en la aventura de la vida y a la que siempre regreso. 


Voy con ella de la mano y recorro los caminos de su cuerpo, cuántas veces miro su cielo y doy las gracias, como un Ángel sin escuela, solo soy feliz cuando regreso a ella. 


Ibias tiene tanto que ver y tanto por lo presumir que pequeñas se hacen las letras que cobren vida para resaltarla. Yo intento hacerle hueco en este mundo cibernético y  mostrar todos los detalles de su amplio territorio, pero todo lo que os cuente, será poco y pequeño. Nada mejor que tirarse a la aventura de lo incierto y conocerla, para juzgarla o llevarla a los altares del cielo. 


No es fácil hacerle frente en poco tiempo, yo llevo más de dos años con la idea de caminarla y mediante la fotografía mostrarla a todos vosotros. Hoy, le toca la hora a una aldea que todos conoceréis, de nombre y circunstancias curiosas.


Riodeporcos es otra de las aldeas de las que los ibienses han de sentir orgullo, pues concentra en sus dominios el poder de la diferencia. Pertenece a la parroquia de Sena y en ella el sol de Ibias irradia con más fuerza. Su elevación de 280 metros, la señala como una de las dos aldeas con menos altitud del concejo y buena cuenta de ello dan sus alcornocales en lo alto del lugar. 


A unos 14 kilómetros de la capital del concejo, para llegar a Riodeporcos habrá que pedir permiso a nuestros vecinos gallegos una vez pasado el pueblo de Marentes. Atravesaremos el puente de Boabdil sobre el embalse de Grandas de Salime, el mismo que en el año 56 aisló por carretera este remanso de paz y lo dotó de la distinción que le marca la diferencia.


Diferente también es la manera de acceder, no hay pistas ni regatos, ni manera de recorrerla en coche. Un viejo puente colgante, hace de conexión entre dos mundos con diferentes maneras de vivir. Riodeporcos es la fortaleza por derecho propio de Ibias, rodeada de agua, bella en paisaje, rica en cultura y llena de vida a pesar de la poca que aún queda en ella. 


El silencio del lugar se ve ligeramente quebrantado por el crujir que los longevos tablones emiten al pasar. Al otro lado del puente hay paz, la sensación de caminar libre sin ser visto ni molestado por nadie, por unos caminos que más que caminos, son senderos que te conducen a toparte con las primeras casas de Riodeporcos. 


Su interior es indescriptible, una utopía dónde existe el veto al vehículo, dónde puedes caminar sintiéndote único bajo la sombra de la parra. Un salto de siglos en los que el verdadero interprete es el olvido que se manifiesta en la antigüedad de sus casonas de piedra y en sus preciosas paneras que pululan como setas por todos los rincones de Riodeporcos.  


La Capilla de San Roque reclama protagonismo dentro de esta aldea. No deja de ser como otra de las tantas ermitas que hay en Ibias, con la tradicional barrotera. En su interior conserva una pequeña imagen del santo que le da nombre


Siguiendo el pequeño sendero, alcanzaremos la cresta de la aldea cambiando de cara y de vistas, pues el lugar está dividido en dos partes que parecen estar reñidas. En oposición a otras aldeas de Ibias, RiodePorcos cuenta con un excelente hospedaje proporcionado por la casa rural Chao de Castro. Una impresionante casona de piedra con panera que te proporcionara el medio para conectar con la naturaleza. 


En frente, se alza una bodega que parece sacada del lienzo de algún reputado pintor, con sus tinajas a la entrada y sus pizarras completamente cubiertas por las acicalas de sus dos vecinos pinos.  


A escasos metros se levanta el palomar de Méndez aguantando cómo puede el envite de los años. A su lado un distinguido caserón abandonado y una panera con corredor tallado y pies de madera, cuyo ligero arqueo amenaza con echar por tierra otra de las bellezas patrimoniales de Ibias. 


Acabaremos este reportaje, tal cual le dimos comienzo, caminando por la ruta que parte desde esta casa rural hacia el desfiladero de Bustelin. El senderismo no es la única alternativa si escogemos este lugar para pasar unas vacaciones, la pesca en el río Navía, un paseíto o unos cuantos en barca así como la exploración de los viejos yacimientos de oro y hierro, son otra de las posibilidades  si nos gusta la aventura.


Madre mía, nunca una aldea perdida en un lejano concejo como es el de Ibias podría guardar en sus entrañas tanto potencial y misterio


¿Me creéis ahora cuando digo que RiodePorcos es diferente?



6 comentarios:

José García Queipo dijo...

Hola Ángel, desde Barcelona sigo con interés esta página. Te felicito por el reportaje y te animo a continuar
en esta linea,divulgando y dando a conocer nuestra tierra.
Yo soy nacido en Cecos, tengo 59 años y hace 40 que vivo en Barcelona.Gracias a este Blog tengo la oportunidad de conocer muchos de los pueblos de Ibias en los que nunca he estado.

Ángel Fernández dijo...

Gracias por la generosidad de tus palabras José. Te animo a seguir disfrutando y descubriendo los pueblos de Ibias a través de esta página. Yo no me voy a cansar hasta mostrarlos todos...

Un saludo!

enrique dijo...

Ángel, tu imaginación para contar las maravillas de Ibias no tiene limites, sigue así.
He visto este pueblo muchas veces pero siempre desde la parte de galicia, un dia tengo que bajarme del coche y cruzar ese puente.

adrián dijo...

Muy bueno Ángel, este pueblo tiene una magia especial.

Pablo dijo...

¿Cuáles te quedan Ángel?jejje. Pocos creo yo...

Fui ya hace unos años Riodeporcos, me encantó, tiene algo especial, un don de exclusividad que casi ningún otro tiene...Es una pasada ir en septiembre con los emparrados llenos de uvas...

Saludos y felicidades por otro gran artículo.

El chapras dijo...

Felices fiestas y prospero año para todos