domingo, 22 de abril de 2012

A lo largo del trazado


Parece ser que la carretera que une la parte alta del concejo con la baja está ya en fase terminal. Ha dado problemas toda la vida, si bien antes eran debidos a la estrechez de la calzada, las continuadas heladas de su trazado y el miedo que suponía no ver el quitamiedos de la esquina, ahora  los problemas son de otra índole y pasan por las continuas trabas y paralizaciones que durante más de tres años lleva sufriendo este vial.


Atrás queda ya el recuerdo de esos fatídicos 24 kilómetros que parecían más de trazado de un circuito de Rally que de una carretera transitada frecuentemente con escolares. Atrás queda ya la odisea de cruzarse con un coche y tener que ir unos cuantos kilómetros marcha atrás para poder salvarlo o la sangre fría que había que tener para arrimar cuando tenías como caída una ladera de 700 metros y abajo estaba el río Luiña esperando para saludarte.


Ahora los problemas son otros y se centran básicamente en el punto fuerte de la antigua carretera, su calzada. Recorrer los 1,8 kilómetros que separan la parte arreglada de la no arreglada supone ir por un "camín de cabras" en el que los agujeros son constantes y los trazos de calzada sin calzada más frecuentes que nunca. No podemos quejarnos, pues es una gran obra para todos y como en todas ellas hay que lidiar con este tipo de situaciones. Lo que ya si me parece cuanto menos sorprendente es el todo vale para llevarla a su fin. Como bien tendréis a ver en estas fotos, el desarreble que se saca de la parte alta de la carretera se tira, literalmente en la parte baja y no es que en la parte baja no haya nada, es que en la parte baja está el río Luiña, afluente del Ibias.


Quisiera yo saber o que alguien me explicara el por qué de esta decisión que lo único que hace es ensuciar más si cabe este afluente y estrecharlo con el consiguiente peligro de las crecidas. Voy más allá, hace ya meses que una plataforma viene luchando por la limpieza del río Ibias, hecho que apoyo y apoyaré siempre, lo que ya me parece más difícil de apoyar es cuando pasan estas cosas y miramos para otro lado, pues no dejemos de pensar que este río vertebra sus aguas directamente en el río Ibias.


Una vez llegado a Torga, recorrer la nueva carretera es un verdadero lujo sobre todo para todos aquellos que no estamos acostumbrados a ellos. Lo que antes era noche ahora se ha convertido en día con trazados incluso limitados a nada menos que 80 km hora y quitamiedos en todo el trayecto. Por poner "un pero" pondría dos, por un lado las excesivas curvas que son fruto sin duda alguna de la compleja orografía que hace difícil suprimirlas y por otro las cunetas, continuamente llenas de piedras procedentes de los taludes. En este último punto merecería la pena pararse a comentar, pues, para que queremos cunetas que lleven el agua si están a rebosar de piedras. Espero que por el bien de todos, se pongan los medios oportunos, unas vallas que  recubran los taludes, topes, etc para que estas piedras no nos den un disgusto cualquier día y no sirvan de arma para que la helada vuelva a instalarse de manera gratuita en esta carretera.


El punto chocante de este trazado lo constituye sin lugar a duda el famoso puente cuya denominación merece más la de colgante que la de puente, pues desde hace más de un año que cedió sigue ahí abandonado a su suerte y cortado. Se encuentra a la altura de Folgueiras de Boiro y sin duda alguna es un ejemplo de chapuza que a mi me da mucho que pensar de los materiales y de la construcción empleada para ensanchar esta vía.


La anécdota más graciosa para todo aquel que conoce y ha conocido la carretera la pone el cruce que desvía el tráfico para el puerto del Connio y Luiña. En el antes, la carretera del Connio se llevaba el protagonismo y la de Luiña era un simple ramal pequeño que parecía conducir a algo lejano y arcaico, el ahora es bien distinto, pues las tornas han cambiado y el ramal que fue principal ahora es el gran olvidado.


Una carretera que os invito a conocer, a circular y por qué no, a disfrutar. Merece la pena transitarla pues en sus escasos 20 minutos de recorrido ves de manera fidedigna la verdadera belleza de esa Ibias de contrastes. No estoy de acuerdo para nada con esas voces que dicen que la As-212 es un gasto innecesario que debería estar invertido en otra cosa. Esta carretera siempre debió de ser el eje vertebral de las dos Ibias y no lo que ha sido hasta ahora, el eje de la separación y la incomunicación entre dos zonas que con las cifras en la mano, son las más importantes del concejo. 


Creo sin duda alguna que su finalización marcará un antes y un después en la vida de Ibias y que aunque llegue tarde ayudará en la imagen del concejo y sobre todo la idea de recorrerlo. El punto y final tiene caducidad aunque de momento no se conozca con exactitud, pues unos dicen que el 4 de mayo, los otros que no saben y los de más allá que quedará  una parte sin ensanchar debajo de Luiña. Espero que esto no sea verdad y de ser así el ayuntamiento inste a la empresa adjudicataria a cumplir el contrato y a hacer la totalidad de la carretera...

2 comentarios:

Gonzalo de Suárez dijo...

Yo también espero y deseo que no sea verdad.

Un saludo.

El chapras dijo...

Siento ser un aguafiestas,pero por desgracia me parece que es verdad,y de momento el permiso para volar los 70 metros de talud a la altura del Poblao,esta denegado, según la ultima información que tengo,esperemos que esta información sea mentira,pero me temo que por desgracia es verdad.Muchas gracias desde aquí a Medio ambiente y demás colectivos afines,como siempre se dan una prisa enorme en fastidiar a los paisanos,la escombrera de áridos que hay justo en frente,o la aberración de 4 kilómetros mas adelante (La Campa)eso no ensucia el río, recordarles que lo que pueda caer al rio solo son piedras que se puede limpiar perfectamente.