miércoles, 21 de octubre de 2009

Hasta siempre.... Minero

No es agradable para ninguno de los blogueros que día a día publicamos nuestras historias, narrar hechos como los que ahora mismo os voy a contar.

Muere en la mina de Cerredo un trabajador debido a un derrumbe de carbón.

El accidente tuvo lugar en torno a las doce y media del mediodía y al cierre de esta edición los compañeros del fallecido aún no habían conseguido rescatar su cuerpo, perdido bajo una montaña de carbón y escombros, pese a trabajar sin descanso durante toda la tarde y parte de la noche y sacar de la mina hasta cuatrocientas vagonetas llenas de material. En el momento del derrumbe, Fernández Rubio, padre de un niño de 4 años y natural de la localidad de San Romano de Arbás, en el concejo de Cangas del Narcea, se encontraba trabajando en compañía de otros tres mineros en una capa conocida por su riesgo como «La inesperada» y situada a unos ochocientos metros de la entrada de la mina, propiedad de la empresa Coto Minero Cantábrico, del industrial leonés Victorino Alonso.

Los primeros intentos de los compañeros por acercarse al lugar en el que se encontraba el cuerpo resultaron vanos. Llegaron a aproximarse mucho a la zona, pero la chimenea seguía vertiendo carbón y escombros, una circunstancia que siguió haciendo extremadamente peligrosas las labores de rescate a lo largo de toda la tarde. A las órdenes de los ingenieros de la mina, los mineros trabajaron extrayendo material en turnos de búsqueda de más de tres horas con entre seis y diez personas en cada uno de ellos. El último de ayer accedió a la explotación en torno a las nueve y media de la noche y estaba prevenido ya el siguiente, que debía entrar a la una y media de esta madrugada.

Ante esta situación, los equipos técnicos de la explotación han decidido introducir en la mina unos cuadros metálicos que, a modo de paraguas, les permitam avanzar lo suficiente, hasta llegar al lugar en el que se encuentra el trabajador atrapado.

Gerardo Fernández Rubio llevaba quince días trabajando en el Plano Inclinado de Cerredo, una mina a la que había sido trasladado desde la explotación canguesa conocida como El Patatero, también propiedad de Victorino Alonso. La brigada de rescate de Coto Minero Cantábrico espera poder llegar a lo largo de esta noche hasta el lugar en el que ayer quedó atrapado. El cuerpo fue rescatado a las 5.30 de la mañana del jueves.

Aprovecho desde estas líneas para dar el pésame a toda su familia y allegados. Todos y cada uno de los pueblos mineros llora hoy la pérdida de un compañero.

Descanse en paz

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Terrible... Mi más sincero pésame

Gordonés dijo...

Mi más sentido pésame...
La gente que vivimos en zonas mineras y tenemos familiares que trabajan en la mina sabemos lo que es vivir con esa incertidumbre constantemente...
La vida es así...

Gonzalo de Suárez dijo...

Por desgracia, yo sé lo que es pasar por eso,el 18 de octubre de 96 perdí a un hermano en un accidente muy similar, en la mina "La Escondida".
Mi más sentido pésame.