domingo, 7 de abril de 2013

Boiro, cuna patrimonial de Ibias

Demasiado acelerado ando siempre por los caminos que el destino me tenía preparados lejos del tranquilo lugar dónde me encuentro feliz. Mucho de lo que soy hoy se lo debo a crecer en la tranquilidad de una aldea, a la bondad de mis padres y al modelo de vida, maravilloso, que he tenido en el concejo de Ibias


Algunas de las personas que me conocen, preguntan cuál es la razón que hace que tenga tanta añoranza y cariño por este paraíso asturiano. No hay respuesta, el cariño ni se compra ni se finge de por vida, simplemente hay que ser justo con aquellas cosas que han sido buenas para ti, tratando de llevarlas presentes hasta el punto y final de la vida.


En este empeño que ha creado mi mente por abrirle a IBIAS ese hueco que se merece y que la injusta lejanía le ha robado, voy dando a conocer el abundante potencial que mediante lo cotidiano tienen nuestros pueblos y aldeas. 


Bien puede ser la hospitalidad de sus gentes, la belleza salvaje de sus valles, la pureza de sus ríos o la riqueza de su patrimonio. De este último parámetro, saben mucho los guardianes del pueblo de Boiro en el que abundan desde principio a fin, centenarias joyas patrimoniales que han sabido vencer el salto de siglos. 


No hace falta recorrer muchos metros para darse de bruces con una de ellas, una pequeña capilla dedicada a Santa Lucia que suda antigüedad por cada una de sus vetustas losas. Luce en su retablo las imágenes de San Roque y San Juan Bautista


Sepa el visitante que ha de dejar de lado el mapa y la orientación, no serán necesarios para recorrer este pueblo de Ibias, tan solo tendrá que dejarse guiar por la telaraña de emparrados que se extiende a lo largo de Boiro para ir descubriendo lo que esta joya patrimonial, les tiene preparado. 


Todo pasado siempre fue mejor y que bien viene esta afirmación para describir el Portón de los Lope de Boiro, símbolo de otro de los señoríos de la edad media instalados en la zona. A llegado a nuestros días pese a su pobre conservación, pues ya sabéis, el concejo de Ibias es rico en patrimonio pero la protección del mismo es aún toda una utopía.  


Aquel que me conozca un poco, sabrá que siento debilidad por los hórreos, paneras y pallozas que como setas, se levantan a lo largo del concejo. Me impresiona lo personalizados que están dependiendo de la zona en la que se asientan. No hay ninguno igual, bien pueden ser más grandes o pequeños, tallados o simples e incluso con  ladrillos que modifican su belleza. Lo indiscutible es que son una verdadera alhaja en peligro de extinción por la que deberíamos tener más respeto y admiración. 


La escuela de Boiro, es como tantas otras una víctima del éxodo rural que ha sufrido nuestro concejo a lo largo de los años. Cerrada a cal y canto, aguarda desesperada un proyecto que aproveche sus instalaciones. Sorprende bastante su cubierta en teja, material nada frecuente en estas zonas occidentales.


A su lado, las ruinas de lo que fue en su día la capilla de Nuestra Señora de los Milagros, que como tantas otras, fue incendiada durante la Guerra Civil Española. Se levanta en su recuerdo una especie de santuario con el par de campanas de bronce que en su día formaron parte de ella.


En Boiro hay una combinación casi perfecta entre lo moderno, fruto de la prosperidad económica y lo antiguo. En estos lares, hay modernas casas que no desentonan con el entorno y viejas casonas que son heredadas y conservadas por varias generaciones. 


El tono rojizo de sus paredes contrasta con el verdor de las vistas y el tono aplomado de sus tejados. Merece la pena recorrerlas una a una y quedarse obnubilado viendo la perfección en la colocación de sus piedras


No puedo terminar este reportaje sin resaltar una de las cosas más fundamentales que un lugar a de tener para que pueda seguir vivo. La vida es importante en todo sitio  y más aún en estas zonas que están como los urogallos o los osos, en constante lucha por sobrevivir.


Ir caminando y sentir el tintineo de las chocas de las vacas, el murmuro de la televisión, las flores en la ventana o simplemente ver las pinzas en la cuerda de la beira del hórreo, es algo que a mí me llena el alma....

5 comentarios:

Manolo dijo...

Que bonito pueblo y que bien que lo cuidan si me abran mandado a mi de pequeño muchas veces a arreglar las herramientas de trabajo habia alli un herrero en casa de Diaz y que bien se ve desde mi pueblo que està enfrente

julia rubiera dijo...

Infinitas gracias por concedernos el privilegio de deleitar nuestros sentidos con la suprema belleza de tu pueblin y por hacernos participes de los hermosos sentimientos que moran hacía el en tu sensible corazón.
Besinos de esta amiga con cariño.

Alicia Mabel Díaz dijo...

Que hermosas palabras para describir a Boiro, mi abuelo y mi padre nacieron en Boiro, emigraron a la Argentina en 1936. Mi abuelo era Pedro Díaz Lago y mi abuela Segunda Nogueiro Méndez nacida en Villarcebollín.

El Roxu dijo...

Mira que fisgo tu blog bastante a menudo a ver si hablas de Boiro y acabo de dar con la entrada ahora mismo. Gracias por darlo a conocer. Un saludo desde Casa Rosoa de Boiro. ¡Gran blog!

Jorge Díaz Fernández dijo...

Muy lindo articulo y con hermosas fotos.
Me pregunto si Alicia Mabel reconocerá en alguna de las fotos una parte de la casa de su abuelo...