¡Qué gozo, que alegría, ya está aquí... la aldea de Uría!
Si amigos, hoy otro de los pueblos del concejo de Ibias, sale del cajón, es el elegido y ve la luz en parroquia de Tormaleo.
Voy a mostraros la belleza que corre por sus estrechas calles, el tesoro que esconden sus moradores, las tierras fértiles que tanto y tanto dieron de comer y sobre todo, los maravillosos paisajes que tan bien se dejan retratar.
Abrir bien los ojos, no perdáis línea, sin duda esta aldea os cautivará:
MIRAR... MIRAR.....
Aldea de la parroquia de Seroiro se encuentra a una altitud de 560 metros en la ladera meridional de la sierra de Uría y sobre la margen derecha de uno de los principales afluentes del río Aviouga, el río Forna.
Cuentan los de esta aldea con un cómodo acceso por una pista asfaltada, sin ninguna complicación que dista 9 kilómetros de la capital proporcionando al visitante unas maravillosas panorámicas del valle Aviouga.
Cuesta creer, con los tiempos que corren ahora, que sea Uría la única aldea de la parroquia de Soroiro que haya conseguido mantener intactos sus habitantes en los últimos 8 años. 24 tenía en 2001 y que a día de hoy conserva, convirtiéndose en la segunda aldea más poblada de la parroquia después del propio Seroiro.
31 casas atesora en su poder esta maravillosa aldea, en la que los habitantes, orgullosos, no dudan en cuidar.
"As casas hay que telas, ya mantelas tal ya como eran"
comenta uno de los vecinos.
No es difícil encontrarte con casas de piedra, hórreos que no se dejan, o no les dejan vencer el paso del tiempo, calles empedradas, tejados renovados y vecinos "muy señoritos" dispuestos a presumir de aquello que han sabido conservar.
Pasear por Uría significa vivir un auténtico contraste de colores. Por un lado se encuentran los tonos cobrizos de sus casas, mezcla de cuarcita y pizarra que al entrar en contacto con agua y oxígeno deja esta tonalidad tan colorida, el gris de esos caminos que invitan a pasear por ellos y el verde de sus parras que a modo de paraguas cobijan de la lluvia en invierno y dan una esplendía sombra en verano.
De estas últimas es imprescindible hacer mención. Constituyó en su día la uva una parte importante de la economía del lugar. Los típicos emparrados que han llegado hasta nuestros días, eran combinados con zonas de cepas en torno al pueblo. Su orientación sur, hace que sus vinos sean más azucarados y tengan un mayor grado de alcohol, formando así uno de los mejores vinos del concejo.
Sepan los ajenos al lugar, que deben mostrar respeto al hablar de él. Uría toma su nombre de uno de los linajes con más arraigo en Ibias: Los Oría y así lo hace saber un impresionante escudo que luce esplendorosamente en la fachada de una de las casas del lugar.
No es ni de lejos, la única historia que tiene. El castro mouroso, es otro de los rincones mágicos que atesora este gran pueblo. Hoy en ruinas, en el siglo XIV se levantaba glorioso el castillo de D. Alonso Álvarez Uría.
Alberga también en sus entrañas el pueblo de Uría, una pequeña capilla dedicada Santiago y que guarda una estructura muy parecida a su vecina la de Andeo.
Todo lo que os cuente de este pueblo será poco así que nada mejor para terminar el reportaje que dejaros con una de sus impresionantes vistas.
¿De verdad os la vais a perder?