Como marca la costumbre, cuando la nieve asoma por el pico de Miravalles, llegan al lugar "Os Reises de Tormaleo". La unión entre hombre y bestia, de cara fea y vestida con trapos, rugen sus grandes "chocas" anunciando su presencia. Llega el mal, el temor y el miedo, llegan un año más "Os Reises de Tormaleo".
Se presentan os feos, mal vestidos con pieles, sucios y con caretas que les tapan los rostros. Hacen rugir sus chocas para quitar el mal de ojo y mediante sus trastadas y gritos, molestan y dejan claro que ellos son los que mandan.
El del Rodalo llamará a tu puerta no más de dos veces si no se le abres. Mira bien por dónde pisas, pues ya se encargará él de hacerte la zancadilla para que caigas...
Y aquí tenemos a don Genaro, el médico del pueblo. Te toma la tensión, hace recetas sin ton ni son y ayuda a una de las madamas a parir en directo.
Poniendo un poco de orden viene el Guardia Civil y el Cura, las personas que más autoridad tenían por aquel entonces en el pueblo. Respeto les mostrarás si no quieres tener un disgusto.
Estos son los Reises de Tormaleo, la representación de una juventud que quiso recuperar a través del humor su pasado, que quiso representar, expresar y compartir la cultura con su pueblo para hacerlo vivir. No hay futuro sin pasado, ni tradición sin mocedad que esté dispuesta a recuperarla.
El del Rodalo llamará a tu puerta no más de dos veces si no se le abres. Mira bien por dónde pisas, pues ya se encargará él de hacerte la zancadilla para que caigas...
Mientras tanto, el del Basoiro aprovechara para meterte todos los desperdicios que pueda dentro de casa. Mucho ojo las más jóvenes, si consigue llegar a barrerte los pies, solterona te quedarás..
El más temido es el Folecón, ataviado con dos grandes chocas que le cruzan de lado a lado el cuerpo. No dudará en darte trastazos, cuantos hagan falta para demostrarte su fortaleza.
La cardadora, una octogenaria arrugada va vestida como las mujeres de antes, se sienta en las puertas a cardar la lana y como te descuides te carda el pelo.
El romano es el que más humor despierta entre el gentío. Su nombre viene dado de la romana, que usará para pesar las tetas y los testículos de la gente. Cuidado si no quieres ser víctima de sus cálculos...
De lejos vienen os guapos, bien vestidos, con los mejores trajes, siempre prestados. Llega el Valenciano, con traje claro y lazos de colores colgando del sombrero y una cinta cruzando el pecho.
Detrás van las Madamas con sus mejores galas te cantarán y pedirán el aguinaldo y si no les das más estrofas te cantarán. La del neno pequeño pide y si no le das sisa.
Poniendo un poco de orden viene el Guardia Civil y el Cura, las personas que más autoridad tenían por aquel entonces en el pueblo. Respeto les mostrarás si no quieres tener un disgusto.
El más rezagado es la Gocha, encargada de recoger el aguinaldo y de ponerlo a buen recaudo. Si la comparsa tiene hambre se encargará de pedirte de comer para apagarles las ganas.
Estos son los Reises de Tormaleo, la representación de una juventud que quiso recuperar a través del humor su pasado, que quiso representar, expresar y compartir la cultura con su pueblo para hacerlo vivir. No hay futuro sin pasado, ni tradición sin mocedad que esté dispuesta a recuperarla.
Y un año más, podemos decir que esta costumbre sigue viva...