lunes, 27 de febrero de 2012

Escornacabras los de Torga

Poco favorece el gentilicio al  maltrecho pueblo de Torga. Parece que los antepasados ya predecían la mano negra que iba a cambiar el paisaje de este bello lugar. Es Torga por tanto uno de esos pueblos que se vio castigado de manera más que notable por el caprichoso destino, pues tuvo el infortunio de sufrir justo en su ladera de en frente un desastre natural sin precedentes, ni control ni freno que les hace sufrir visualmente hablando una cadena perpetua de por vida.


Aldea de la parroquia de Tormaleo se sitúa en la margen izquierda del río Luiña a 825 metros del nivel del mar. Para todo aquel amigo de la superstición he de decir que Torga se levanta encima de un cementerio. Si, si, habéis leído bien, "encima de un cementerio", para que después digan que en Ibias nos falta valor. Lo cierto es que nadie se pone de acuerdo en la fecha de este campo santo, los unos diciendo que es celta, los otros asegurando que medieval. La explicación más lógica puede venir por motivos de crecimiento pues quizás el pueblo estuviera más al norte y al ir creciendo fuera invadiendo el cementerio.


Se asientan a ambos márgenes de la carretera 17 casas: Muriano, Cuarto, Feliciano I, Feliciano II, Redondo, Hipolito, Cachon, Rego, Pedrin, Mourentan de arriba, Morentan de a baxo, Dionisio, Xastre, Pepón, Mariquiña, Meirazo y Saturno. A esta numeración habría que añadirle cinco más que actualmente ya no existen: Macareno, Maragato, Cuco, Blanca y  más recientemente la de Alfredo, que por el ensanche de la carretera Cecos-Luiña, tuvo que ser derribada.


Que Torga era un lugar con peso dentro del concejo de Ibias no lo dicen solo sus dos docenas de casas de antaño si no que los respaldaban sus dos cantinas y su escuela. Esta aldea tenía posibles y así lo rezan documentos fechados allá por el año 1643 en los que constan tierras propias en los vecinos pueblos de Fondodevilla y Tormaleo.


Por dar más datos diremos que hubo en el lugar 8 molinos harineros de los que 4 aún se conservan en la actualidad casi todos en el "Regueiro dos Molios" y fue de los primeros  pueblo de Ibias en tener luz eléctrica, producida por una central hidroeléctrica financiada también por Villarin en el año 1948.

Pero no queda ahí la cosa, pues los habitantes de Torga presumen de ser de los primeros en mecanizar el campo. Ya por 1970 rumbaban como demonios los Pascualines 18cv que con sus más de 500 kilos de peso  y 80cm de ancho con arado, no convencían del todo a los viejos a la hora de sembrar patatas. 

Autor: María del Roxo

El que para mí sería el gran reclamo de este pueblo no es otro que su impresionante souto de castañas, tupido, vigoroso y valioso pues aguantó recio el envite de las llamas que asolaron sin control a sus vecinos de la parroquia de Tormaleo. Quitaron mucha hambre en su día y por sacarle un pero, habría que mejorar sus caminos de acceso. 


A la fuente se le llama “El Cachón”. Antiguamente se abastecía por un encañado de piedra de unos 500 metros de longitud aproximadamente y era de piedra con el tradicional caño tallado como aún se aprecian en algunos sitios. Hace unos 60 años la arreglaron y la hicieron toda de cemento tal como está ahora, no es muy rustica, pero al menos sigue teniendo el agua tan fría como siempre.


Que no se lleve a error el visitante ni se deje influir por los cuentos que dicen que los vecinos de Torga se llevan mal, pues como buena familia siempre existen roces que por supuesto se arreglan dentro de casa. Lo cierto es que para el forastero siempre han tenido la imagen de un pueblo abundantemente hospitalario y generoso. 


La capilla del lugar está dedicada a Sta.Magdalena. Tiene bonito retablo, al que le hace falta ya una restauración. Lo chocante de esta capilla es que carece de campanario, lo que en algunos momentos la salvó de los saqueos. En la guerra civil escondieron los santos en casa La Blanca  y para que no se llevaran el retablo o los quemaran, metieron paja por debajo de la puerta para que pareciera un pajar, cuando les preguntaban por la capilla decían que no había, que la misa se celebraba en una casa del pueblo cuando venia el cura. 



Y como en todos los pueblos hay alguna leyenda, en Torga se recuerda la de “Coba dos Moros”. Según esta leyenda en una sima que hay en la sierra de Torga, que dicen baja hasta cerca del rio Ibias, los moros escondieron un gran tesoro en joyas y oro, tal era la creencia que un vecino que murió hace unos años se paso la vida buscándolo, no fue el único, otros muchos caza tesoros residentes por la zona también se dejaron   seducir por el oro. Nunca lo encontraron aunque la idea la llevaron en la cabeza durante toda la vida.


Los grandes tesoros son aquellos que tenemos presentes día a día en nuestros pueblos, guardianes de una cultura propia forjada en el calor del olvido. Pocos pueblos pueden presumir de ser dueños de una impresionante vista del Pico Miravalles que jamás conseguirán borrar ni con todo el movimiento de tierras del mundo...

Autor: María del Roxo

Dedicado a todos os vecios de Torga

4 comentarios:

Xastre dijo...

Sucinta pero excelente descripción de Torga. Pero se te olvidó que, por si fuera poco el castigo que mencionas, además tiene que cargar con ser la cuna de El Chapras. Lo de Sodoma y Gomorra parece un juego al lado de esto...

Ángel Fernández dijo...

Desde aquí quiero dar las gracias al señor Chapras, fuente inagotable de sabiduría popular y responsable en gran medida de este gran reportaje.

Un saludo!

Jose de Mingo dijo...

Desconozco si los vecinos de Torga se llevan bien o mal, pero me inclino a pensar, como bien dice Angel, que se trata de un pueblo hospitalario y generoso, porque mis contactos personales, especialmente con uno de sus vecinos: el chapras, así me lo demuestran. Por cierto, uno de los nativos de Torga recaló décadas atrás por tierras de Moal y recuerdo que todos lo conocíamos por el nombre del pueblo de nacimiento, en lugar de su nombre de pila.

El chapras dijo...

Yo que voy a decir de mi propio pueblo,el mejor del mundo.Xastre,no solo tiene que cargar con mi nacimiento,si no que encima soy el alcalde de barrio,mucho no haré por el pueblo,pero algo si conseguí,sacar a la antigua alcaldesa de quicio con mis constantes peticiones para mejorar el pueblo,lo mismo que pienso hacer con el actual alcalde claro,a poder de mucho pedir,algo sacare.